Centros concertados
El 18 de marzo pasado, El País Madrid publicó una noticia donde se decía que la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid renunciaba a imponer cupos obligatorios a los centros privados concertados para alumnos inmigrantes, gitanos y de familias marginales. El 24 de marzo, en la misma sección, se decía que CCOO denunciaba que la misma consejería proyecta subvencionar 180 nuevas aulas privadas (sin tener en cuenta las de educación infantil), mientras que planea cerrar 200 públicas.De todos es conocida la preferencia del PP, en materia de enseñanza, por la escuela privada. Nada que objetar, es absolutamente respetable. Pero cuando se gobierna hay que hacerlo para todo el mundo. En una democracia es imprescindible mantener los equilibrios que permitan a todos los ciudadanos elegir todas las opciones posibles en un mismo nivel de igualdad y de calidad. Y eso es lo que está empezando a fallar en el terreno educativo en España y, cómo no, también en la Comunidad de Madrid. No es de recibo que desde que gobierna el Partido Popular la enseñanza pública vaya de mal en peor por falta de inversiones y de interés. En nuestra Comunidad no son pocos los colegios e institutos públicos que se están quedando con los alumnos con problemas y poco más. Los profesores se desesperan ante la falta de personal y espacios adecuados para aquellos alumnos que necesitan ayudas suplementarias y que, en muchas ocasiones, no les permiten dar las clases con normalidad; y la Administración, mientras tanto, lo único que hace es poner parches a los problemas y delegar en las direcciones y en los consejos escolares de los centros educativos para que con sanciones arreglen lo que sólo se soluciona con dinero, personal e imaginación. Luego, claro, se habla del 24% de fracaso escolar en la región, o de cifras peores en los distritos del sur y del este de la capital. Y, mientras, es fácil observar cómo los centros de enseñanza concertada crecen como las setas y reciben el trasvase de alumnos procedentes de las clases medias mosqueadas por el deterioro de la enseñanza pública.
No se trata de que no crezca la enseñanza concertada, se trata de que no crezca a cuenta de la pública. Se trata de que las dos enseñanzas, que viven del dinero público, compartan lo bueno y lo malo; es decir, que las dos tengan suficiente financiación y personal para poder dar una enseñanza de calidad y al mismo tiempo que se repartan equitativamente los alumnos con problemas. Si no se llegara a este equilibrio, el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid sería responsable del hundimiento, en unos años, de la enseñanza pública en la región.- José Luis Fernández Iglesias. Madrid.
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