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EEUU construye una base militar al sur de Kosovo con un plan de uso de cinco años La instalación ocupa 300 hectáreas y alberga a 5.000 soldados norteamericanos de la Kfor

Estados Unidos ha construido ya el 80% de una enorme base militar en el sureste de Kosovo, 40 kilómetros al sur de la capital, Pristina, con una extensión de 300 hectáreas y un coste de 300 millones de dólares (unos 50.000 millones de pesetas), que alberga a casi 5.000 soldados norteamericanos de las fuerzas internacionales (Kfor). La base, concebida para un uso de al menos cinco años, representa la expresión palpable de que la presencia de la Kfor y su contingente de EEUU en Kosovo va para largo. La base se llama Bondsteel en memoria de un héroe norteamericano de la guerra de Vietnam.

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Cinco kilómetros al este de Urosevac, en la carretera general que une Skopje, la capital de Macedonia, con la de Kosovo, Pristina, se levanta sobre una colina la base norteamericana de Bondsteel, un pedazo de EE UU en medio de la provincia serbia administrada por la ONU. Bondsteel se ha convertido ya en la más importante fuente de ingresos para los habitantes de una región depauperada tras años de estancamiento económico y la pasada guerra. Entre 2.000 y 3.000 personas, albanokosovares en su mayoría, trabajan en la base con sueldos que jamás habrían soñado. Un intérprete o un chófer puede ganar hasta tres y cuatro veces el de un profesional, médico o maestro, de Kosovo.La comandante Debra Allen, encargada de las relaciones públicas, explica que Bondsteel es el resultado de la experiencia de EEUU en Bosnia, donde se dieron cuenta de que la instalación provisional en tiendas resultaba a la larga más costosa por la necesidad de reparar los daños causados por el duro invierno balcánico. "Ahora en Kosovo, Bondsteel se ha concebido para cuatro o cinco años de una forma más efectiva", afirma.

Antes de la guerra de Kosovo, la colina donde ahora se levanta la base era una cooperativa agrícola estatal. Helicópteros de cuatro tipos diferentes, no sólo de EEUU, sino también ucranianos y de los Emiratos Árabes, aterrizan y despegan. Camiones cargados de material de construcción recorren a paso de tortuga (20 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida), de un lado a otro las 300 hectáreas de la base. El objetivo de Bondsteel: "Proporcionar seguridad y una vida confortable a 4.800 soldados encargados de la misión de paz en el sector de EE UU en Kosovo". Para ello, la base cuenta ya con 160 cabañas de madera del modelo llamado sureste asiático, dos comedores que funcionan las 24 horas del día, dos gimnasios, un hospital, dos iglesias, un centro de recreo, una oficina de correos, dos centros comunitarios, una biblioteca, una pista cubierta para practicar baloncesto y 24 barracones para la administración. Uno de los lugares más concurridos de la base es el supermercado, que parece un pedazo de Miami transportado a una colina de Kosovo. El personal, sólo militar por supuesto, puede adquirir allí los productos más emblemáticos del modo de vida americano: desde pantalones vaqueros a toda clase de píldoras para la salud o aparatos de música y discos compactos. Pagados en dólares, que es la moneda que circula en la base. El marco alemán, la moneda de Kosovo desde la entrada de las tropas de la Kfor, se cambia a razón de 2,14 marcos por dólar.

Discos piratas

El supermercado no supone una competencia para los avispados albanokosovares que se dedican, en las puertas mismas de la base, a la venta de discos compactos pirateados. Por cinco marcos (425 pesetas) se pueden comprar las versiones de cualquier éxito. A la entrada de Bondsteel han crecido de la nada varios chiringuitos en los que los albanokosovares venden a los soldados norteamericanos estos discos, comprados en Macedonia por tres marcos (255 pesetas) e introducidos sin el menor problema en un Kosovo donde los controles aduaneros brillan por su ausencia.

Los albanokosovares aman a los militares de la Kfor, de la OTAN y de EEUU, a los que consideran como liberadores. No obstante, las relaciones han sufrido en ocasiones fuertes reveses. Hace unos meses en Vitina, no lejos de la base, un soldado norteamericano violó y mató a una niña albanokosovar. La comandante Allen explica: "Nuestros soldados se sintieron muy afectados, porque se traicionó la confianza que este pueblo depositó en nosotros".

Recientemente, grupos de albaneses enardecidos bloquearon en varios puntos durante unas horas la ruta entre Pristina y Skopje. Los albanokosovares protestaban así contra la extradición a Macedonia de un antiguo combatiente del Ejército de Liberación de Kosovo, que las autoridades del vecino país reclamaban como presunto autor de un crimen. Tras una larga negociación y la amenaza del empleo de la fuerza, las tropas de EEUU consiguieron convencer a los amotinados albanokosovares que no podían cortar la vía principal de acceso de productos a Kosovo. Otro motivo de fricción ha sido la intervención de la Kfor contra los puntos de apoyo en la región del llamado Ejército de Liberación de Presevo, Medvedja y Bujanovac (ELPMB), que ha comenzado actuar en el interior de Serbia. Los más exaltados albanokosovares llaman a esta región del sureste de Serbia, donde reside una mayoría albanesa, Kosovo oriental y alimentan la secreta esperanza de que Occidente les apoye.

Las tropas de EEUU en Bond-steel también protegen a los pocos serbios que quedan. En Urosevac ya sólo permanecen 22 serbios. Tropas de la Kfor se ocupan de escoltarlos cuatro veces por semana cuando se dirigen a hacer sus compras a la vecina Serbia.

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