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El 'caso Elián' coloca a Miami en rebeldía frente a Washington

Los familiares no darán el niño a su padre aunque viaje a EE UU

El caso Elián González ha colocado a Miami en estado de "secesión virtual" frente al Gobierno de EE UU, titulaba ayer en primera página The New York Times. La negativa del exilio a devolver a Cuba al niño balsero, apoyada por los alcaldes de la zona, es un desafío insólito a la autoridad del presidente. Ese reto ha sido reforzado por la actitud del vicepresidente Al Gore, al que ayer criticaron los líderes demócratas por desmarcarse de la posición del Gobierno y solicitar la residencia permanente en EE UU para Elián y su padre.

Para complicarle aún más las cosas a un Clinton siempre indeciso a la hora de tomar determinaciones dolorosas, los parientes exiliados que albergan a Elián en Miami desde noviembre anunciaron ayer que no entregarán "voluntariamente" al niño a su padre aunque éste viaje a EE UU. Esos parientes, según declaró a EL PAÍS su portavoz, Armando Gutiérrez, están dispuestos a facilitar visitas de Juan Miguel González a la casa de la Pequeña Habana donde reside el pequeño, pero nada más. Es otro nuevo reto a Clinton, la fiscal general Janet Reno y el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), que sostienen que Juan Miguel González debe hacerse cargo de la custodia de su hijo a partir del momento en que pise EE UU.A través de su abogado, Kendall Coffey, los familiares con los que vive Elián afirmaron que "existen pruebas" de que Juan Miguel González "ha abusado física y verbalmente del pequeño", informa Rosa Townsend desde Miami. "El niño tiene miedo a su padre", dijo Coffey. Elián seguirá legalmente en la casa de la Pequeña Habana de su tío abuelo Lázaro hasta el martes. Se verá entonces si el Gobierno de EE UU cumple sus amenazas y les retira a los familiares exiliados la custodia del pequeño.

Críticas a Gore

La mayoría de los 800.000 exiliados cubanos que viven en Miami y alrededores, y que lideran política, económica y culturalmente esa zona, quiere que se respete el deseo de la madre del pequeño, que murió en su huida de Cuba, y el niño se quede en EE UU. Ante la negativa de los alcaldes a utilizar sus fuerzas policiales para arrebatar a Elián de la casa de la Pequeña Habana, el Gobierno federal puede verse abocado a emplear sus propios efectivos, los llamados US Marshals. En EE UU, la policía local depende directamente de los alcaldes. El Gobierno de Washington tiene fuerzas policiales que actúan sólo ante delitos federales.

Clinton ha aplazado hasta el martes ese enfrentamiento, que podría provocar graves disturbios en Miami. Pero su posición es cada vez más débil por la actitud de Gore. Para no perder de antemano el Estado de Florida en la final presidencial de noviembre frente al republicano George Bush, Gore se ha alineado con el exilio. El congresista demócrata por Nueva York José Serrano, de origen puertorriqueño, se declaró ayer "escandalizado" por la actitud del vicepresidente. "¿Dónde están los valores familiares de Gore? ¿Es que no cree que este niño debería estar con un padre que le quiere?", se preguntó Serrano. Lee Hamilton, demócrata de Indiana, se declaró "muy decepcionado" con el "oportunismo" de Gore. "Su imagen de político comprometido y con convicciones va a sufrir un alto coste", dijo Hamilton. Richard Gephardt y Tom Daschle, líderes demócratas en el Congreso, también criticaron a Gore.

Frente a un Fidel Castro que manipula con su maestría habitual el drama de Elián y un exilio que ve en el niño una bandera política y un símbolo religioso, Clinton se encuentra en una situación muy difícil -sólo le quedan meses en el cargo- y Gore piensa más como candidato a la Casa Blanca que como vicepresidente.

En Washington y La Habana proseguían ayer negociaciones diplomáticas para concretar el cuándo y cómo del viaje a EE UU de Juan Miguel González. Pero los norteamericanos seguían poniendo pegas al deseo de Castro de que el padre del niño vaya acompañado por 30 personas, encabezadas por Ricardo Alarcón, presidente del legislativo cubano. El padre ha rechazado desde La Habana la concesión de la residencia permanente en EE UU que propone Gore. Y ha dicho que sólo viajará a EE UU si es para hacerse cargo de inmediato de la custodia del niño. Mientras, el caso comienza a hastiar a los norteamericanos. Dos tercios, según los sondeos, coinciden con la Casa Blanca en que el niño debe ser entregado a su padre.

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