El líder 'carapintada' es obligado a renunciar a su ministerio
Tres meses después de asumir el cargo de ministro de Seguridad y convertirse en el jefe de la temida policía de la provincia de Buenos Aires, y tras una semana de virtual acuartelamiento en su despacho, el ex teniente coronel Aldo Rico, líder de los oficiales carapintadas que se alzaron en 1987 y en 1988 contra el Gobierno de Raúl Alfonsín, renunció a su cargo. Rico, de 56 años, hombre autoritario que había prometido "mano dura", dijo sentirse víctima de un ataque personal.
Así lo expresó en una carta que dirigió al gobernador peronista Carlos Ruckauf: "Se han dedicado a atacar a este ministro y a su política de seguridad".La crisis, siempre latente desde que Rico accedió al cargo, por sus difíciles relaciones con la prensa y los legisladores de la oposición, detonó al fin cuando la policía logró detener a Carlos El Indio Castillo, un miembro de la ultraderecha acusado de integrar los llamados "grupos de tareas" durante la dictadura militar y de participar en el secuestro, la tortura, el asesinato y la desaparición de personas. Castillo se afilió luego al Movimiento por la Dignidad Nacional (MODIN), el partido fundado por Rico y sus carapintadas.
Los portavoces de Rico filtraron a la prensa una fotografía del presidente Fernando de la Rúa en la que se veía detrás a un hombre de su seguridad personal que se parecía a Castillo. Rico acusó al presidente argentino, Fernando de la Rúa, de haber contado entre los miembros de su seguridad con este ex carapintada, ahora encarcelado por tentativa de homicidio, lo que resultó ser falso, informa Efe. La policía federal presentó al oficial de la foto en una rueda de prensa y el gobernador Ruckauf, que estaba en Estados Unidos, obligó a Rico a pedir disculpas al presidente. De la Rúa no las aceptó. Rico se negó durante tres días a renunciar y se mantuvo en sus funciones hasta que Ruckauf regresó al país y le pidió que abandonara su cargo.
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