El apoyo del PSE permitirá impulsar el proyecto de rehabilitación de Uribitarte
El proyecto de rehabilitación de Uribitarte, el fantasmagórico edificio abandonado desde hace nueve años junto a la Ría de Bilbao tras un fiasco inmobiliario, salvará mañana su primer obstáculo. El apoyo de los socialistas permitirá al equipo de gobierno bilbaíno PNV-EA-ICV la aprobación inicial del cambio de uso del inmueble, que debe recalificarse como residencial. El PP anunció ayer que no votará a favor por cuestiones jurídicas y la altura de las dos torres previstas, que alcanzarán los 80 metros.
El proyecto que elabora desde hace cuatro meses el arquitecto japonés Arata Isozaki será objeto de debate en el pleno municipal de mañana. La rehabilitación de Uribitarte empezó a fraguarse el pasado verano, cuando una constructora llegó a un acuerdo para pagar 1.713 millones -apenas el 15% de su deuda- a los 58 acreedores de una obra que pretendía habilitar oficinas en el antiguo depósito franco de Bilbao.Este pacto suponía la retirada de los pleitos judiciales interpuestos en la última década y que habían impedido cualquier actuación en el edificio. El acuerdo conllevaba también el cambio de calificación para que tenga un uso residencial. Este aspecto es el que ha provocado diferencias en los últimos meses entre los partidos del consistorio bilbaíno.
El pleno de mañana abordará la aprobación inicial de esta modificación urbanística -a la que en los próximos meses deberán seguir otra ratificación provisional y la definitiva-, que, si no hay sorpresas, saldrá adelante. A los 11 votos del equipo de gobierno se sumarán los cinco del PSE, lo que garantiza la mayoría.
Dimas Sañudo, portavoz de los socialistas, justificó su apoyo tras la modificación del convenio suscrito con la constructora. "Se ha asumido nuestro criterio y se va a añadir al convenio el compromiso de que se retiren todos los recursos judiciales antes de la aprobación provisional y no después de ella", explicó. Sañudo dijo que así se salvaguarda al consistorio, que tiene que revocar el expediente de expropiación iniciada el pasado año con el fin de que se desbloqueara la paralización del inmueble.
El PP, partido al que Sañudo reprochó "que no ha dicho nada en las comisiones", adelantó su rechazo a la modificación urbanística "porque hay muchos interrogantes de tipo administrativo y jurídico y también al no estar de acuerdo con la altura de las torres", explicó su portavoz, Antonio Basagoiti.
Basagoiti dijo que la constructora "sólo aporta intenciones" y no es la propietaria del 100% de las edificaciones, además de que aún no había recibido el informe jurídico municipal que avale el convenio con los promotores. Sobre la altura de las torres, opinó que los 80 metros "pueden dar una sombra de 300 metros, tapan al Ensanche y la reforma de los edificios emblemáticos no debe hipotecar a la ciudad". El edil popular se mostró dispuesto a variar su voto si hay cambios en estas cuestiones
EH también se opondrá a la recalificación urbanística y explicará hoy las razones. El otro partido de la oposición, IU, aún no ha adoptado una postura.
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