La africana Yvonne Vera combina música, poesía y dolor en una novela 'Mariposa en llamas' es su primera obra editada en español
A la escritora Yvonne Vera (Bulawayo, Zimbabue, 1964) le gusta combinar en las páginas de sus libros el lado duro y la belleza de las cosas. Mariposa en llamas (Ediciones B), su primera obra publicada en España, es descrita por la autora como "una combinación de la música que se hace en su país, de la poesía y del dolor". Mariposa en llamas describe la vida cotidiana de una comunidad marcada por la segregación racial.
"Si no hay libertad, por lo menos que haya ritmo", cuenta la narradora de la novela en una de las descripciones de la vida cotidiana en el barrio de la ciudad zimbabuense de Bulawayo donde vive la pareja protagonista de la novela. Fefelati, mucho más joven que el hombre del que se ha enamorado, simboliza la mariposa, la búsqueda del vuelo. "Ella representa la belleza, pero será consumida por la intensidad de la pasión. Es una mujer en busca de su identidad con una gran capacidad para dañarse a sí misma", explicó ayer la autora en su primera visita a Madrid para promocionar su nuevo título.Vera lleva el pelo recogido en coletitas, usa largos pendientes de madera y plata y viste pantalón negro y chaqueta de lana gris. Su voz suena tan cálida como su escritura. "Decidí dotar a los personajes de una gran capacidad para disfrutar de la música, y que ésta les sirviera como terapia frente al dolor de sus vidas". Mariposa en llamas tiene una componente de atemporalidad aunque transcurre fundamentalmente en 1946, en un momento de una fuerte discriminación racial. Los hombres, desplazados desde el campo hasta la ciudad para trabajar en las faenas, tienen prohibido llevar consigo a sus mujeres y a los negros no se les permite andar por las aceras. La opinión de la escritora es que la época es sólo un telón de fondo frente al que se desarrolla la novela y debe ser como un espejo en el que el lector pueda reconocerse. Vera eligió expresamente ese momento histórico porque marca el comienzo de la modernización del país. "No sólo llegaron las primeras cremas y vestidos europeos sino que en esos años se inicia el comienzo de la música kwuela (kwuela era la única palabra que dirigían los policías a los negros para que subieran a los coches policiales) que los africanos hacían con lo que tenían más a mano, ya fuera una bomba de una bicicleta o cualquier otro objeto que estuviera tirado en la calle".
Hasta ahora, Vera compatibilizaba la dirección de la Galería Nacional de Arte de su país con la literatura, pero los dos próximos meses la escritora africana los dedicará íntegramente a concluir su próxima novela, ambientada en los años ochenta en los momentos de máxima tensión y violencia en su país "tras el sueño de la independencia".
Vera, que se reconoce gran admiradora de Tony Morrison, acaba de vender a una editorial norteamericana los derechos de sus tres últimas novelas, Sin nombre, Bajo la lengua y Mariposa en llamas lo que le permitirá llegar a un número más alto de lectores.
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