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La Kfor refuerza su despliegue un año después del comienzo de la guerra

A falta de un día para que se cumpla el primer aniversario del inicio de la guerra de Kosovo, el miedo sigue imperando en la región. Son muchos los serbios que creen que la OTAN está dispuesta a lanzar sus bombas de nuevo sobre Yugoslavia. Como son mayoría los que temen un nuevo brote de violencia étnica en Kosovo. Los disturbios entre serbios y albanokosovares vividos en las últimas semanas en la dividida ciudad de Mitrovica, al norte de la provincia serbia, llevó ayer a la fuerza multinacional de la OTAN en Kosovo (Kfor) a anunciar la puesta en marcha progresiva de una "zona de seguridad" en esa ciudad.

La Kfor comenzó ayer a reforzar sus controles en el noreste de Kosovo, justo en el límite de la frontera administrativa con Serbia para "evitar que Kosovo sea utilizado como base de retaguardia para exportar violencia", según anunció ayer Philip Anido, portavoz de la Kfor. Los puntos de paso "no oficiales" entre Serbia y Kosovo serán bloqueados, así como Gate 2, la zona de paso de la Kfor situada al norte de Podujevo, según indicó Anido. Más al sur, la Kfor ha reforzado ya su vigilancia, a lo largo del límite administrativo que linda con el valle de Presevo, en Serbia, y última zona en la que se están viviendo episodios de violencia interétnica. El pasado mes de diciembre surgió un nuevo grupo armado albanés, el Ejército de Liberación de Presevo, Medevedja y Bujanovac, el nombre de tres pueblos del sureste de Serbia situados justo en la frontera con Kosovo, donde viven más de 7.000 albaneses.

El plan de la Kfor es crear por etapas en la dividida ciudad de Mitrovica una "zona de seguridad" que incluya, entre otros, los puentes sobre el río Ibar, que une las dos partes hostiles de la ciudad, cuya parte norte es de mayoría serbia y la sur de mayoría albanesa. La "zona de seguridad" debe convertirse en un espacio de libre circulación para ciudadanos serbios y albanokosovares y facilitar la reanudación de los contactos entre las dos comunidades. Las medidas en vigor en dicha zona incluirán controles y la prohibición de las armas, los walkie-talkies o radiotransmisores y los prismáticos. La prohibición de los radiotransmisores tiene por objeto controlar la actividad de los guardianes del puente, el grupo de serbios que supervisan cada día los sectores del puente central y del puente del este de la ciudad. Fuentes de la Kfor aseguraron que la "zona de seguridad" se instaurará de manera "progresiva" para no inquietar a la población serbia. Los serbios consideran que la Kfor no es capaz de protegerles y que los guardianes del puente son su única garantía de seguridad.

Los líderes serbios de Mitrovica señalaron ayer que desde la llegada de la Kfor en junio de 1999 son muchos los serbios que han sucumbido ante el odio y la violencia de los albanokosovares. Por su parte, los pocos albanokosovares que residen todavía en la parte norte de Mitrovica declararon ayer que la presencia de los guardianes del puente constituye para ellos una intimidación y les hace que tengan que limitar sus movimientos.

Toda reunión, concentración o manifestación quedará terminantemente prohibida dentro de la "zona de seguridad".

Un año después del primer bombardeo de la Alianza Atlántica sobre Yugoslavia, parece ser que la guerra que debía impedir futuras guerras en los Balcanes no ha disipado las amenazas de nuevas crisis y el fantasma de la violencia y el odio interétnico. Muchos serbios creen que la OTAN se dispone a bombardear de nuevo y no pocos consideran que la actual insatisfacción popular que se vive en Belgrado hacia el régimen del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, acabará en una quiebra de la ley y el orden similar a la que sufrió Albania tras el fin del comunismo.

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