El viaje del Papa desata el optimismo sobre las posibilidades de un acuerdo de paz con Siria
Los esfuerzos diplomáticos y políticos de Juan Pablo II y del presidente estadounidense, Bill Clinton, convergen sobre Oriente Próximo en un esfuerzo titánico por colocar la paz al alcance de la mano. Ayer, mientras el Pontífice reconocía en Belén el derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado dentro de un proceso de negociación, se desencadenaban los pronósticos favorables que aseguran que Siria e Israel están cada vez más cerca de un acuerdo, lo que podría confirmarse el domingo en Ginebra, donde Bill Clinton se encontrará con el presidente sirio, Hafez el Asad.
"El mensaje de Su Santidad el Papa ha sido claro, se ha declarado en favor de un Estado palestino independiente, aunque él no lo haya dicho explícitamente", aseguraba ayer a las agencias de prensa Suha Arafat, la esposa del presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, tras haber escuchado las palabras del papa Juan PabloII en Belén.La interpretación que Suha Arafat daba a las palabras del Pontífice era compartida por una buena parte de los dirigentes palestinos presentes en la ceremonia e, incluso, por algunos responsables israelíes, entre los que se incluye el ministro de Seguridad Interior, Slomo Ben Ami, quien, sin embargo, trató de restar importancia al mensaje de Juan PabloII. "No hay nada nuevo en su declaración. Os recuerdo que en 1997 el presidente Jimmy Carter utilizó ya la expresión patria, para referirse a los derechos de los palestinos", aseguró el ministro, mientras algunos de sus colaboradores recordaban unas declaraciones similares efectuadas por el presidente Bill Clinton en diciembre de 1998, cuando durante su visita a Belén y Gaza defendió también el derecho de los palestinos a su propio Estado.
Paradójicamente el mismo ministro israelí, Slomo Ben Ami, que trataba ayer de minimizar las palabras del Pontífice fue en la primavera de 1998 impulsor en solitario de una resolución del partido laborista israelí apoyando la creación de un Estado de Palestina, complementando así una resolución anterior de 1993 que hablaba simplemente del derecho a la autodeterminación.
El mensaje indirecto del Papa en favor del Estado de Palestina coincidía ayer con los pronósticos optimistas sobre la cumbre que el presidente norteamericano Bill Clinton y el presidente Sirio Hafez el Asad celebrarán el próximo domingo en Ginebra, en un último esfuerzo por desbloquear un proceso de paz atascado desde el pasado 10 de enero. La celebración de esta cumbre en Suiza significa por sí misma que sirios e israelíes han llegado a determinados acuerdos, aseguraba ayer el presidente egipcio Hosni Mubarak, al tiempo que confirmaba que durante las últimas semanas se habían venido celebrando encuentros secretos e indirectos entre las dos partes, utilizando para ello mediadores europeos y norteamericanos.
Retirada israelí
Se asegura en círculos diplomáticos que el presidente Bill Clinton acudirá a la reunión de Ginebra llevando en la mano un compromiso y las garantías de que Israel se retirará totalmente de los Altos del Golán y volverá a las fronteras de junio de 1967, que en determinados puntos bordean el mar de Galilea, y que son las principales reivindicaciones reclamadas por Hafez el Asad para reabrir el proceso de negociación con los israelíes.
"El problema reside en que las medidas a adoptar no son fáciles. Barak tiene problemas interiores. Asad también tiene problemas internos. Habrá tensiones. Espero que lo podrán superar", aseguraba ayer el presidente Hosni Mubarak en una entrevista concedida al Washington Post, refiriéndose sobre todo a la derecha nacionalista radical, opuesta a un repliegue en los Altos del Golán.
El ministro de Justicia israelí, Yossi Beilin, confirmaba ayer desde Ginebra, donde acudió a una reunión internacional sobre derechos humanos, las impresiones optimistas de Mubarak, afirmando que su país espera alcanzar la paz con Siria dentro de este año, ya que, en su opinión, si se pierde esta oportunidad, pasará mucho tiempo antes de encontrar una coyuntura favorable similar.
El entusiasmo ha llevado a la Casa Blanca a desencadenar en las últimas horas un último esfuerzo por llevar al primer ministro Ehud Barak también a la cumbre de Ginebra, como inicialmente estaba previsto. Las gestiones en este sentido han fracasado como consecuencia de la supuesta oposición del régimen de Damasco.
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