Como en fin de año

Una de las grandes preocupaciones de la semana preoscars son las fiestas del domingo por la noche, día en el que se entregarán las estatuillas. Todas las películas y todos los locales celebran la suya. El año pasado, en la del restaurante Mortons (una de las más exclusivas de la noche), Madonna y Ricky Martin bailaron juntos hasta la madrugada, mientras Gwyneth Paltrow y Monica Lewinsky les observaban desde la barra.

"Es peor que Fin de Año o que el Día de Acción de Gracias. En las casas la gente se reúne a cenar y a celebrar los premios. Mi madre organiza todos los años una gran cena a la que va toda mi familia", cuenta una maquilladora. "Todo el mundo quiere ir a las fiestas después de la ceremonia y de las cenas. Y si no tienes fiesta y te quedas en casa, mejor que no se entere nadie".

El domingo llegarán a Los Ángeles limusinas de Arizona, Colorado y Nuevo México. No hay suficientes con las de la ciudad para todos los invitados de la ceremonia de los Oscar. Un taxi es, por supuesto, una ordinariez, a pesar de que los taxistas de la ciudad son auténticos cinéfilos. "Me encanta Buñuel", afirma Robert, un conductor que tiene clara su favorita para este año: American beauty.

"Es una gran disección de esta sociedad", dice otro taxista de Casablanca que vive desde hace 10 años aquí. Para él, Kevin Spacey y Denzel Washington son los mejores. "El cine y el fútbol, lo que más me gusta, y Maradona, el mejor", añade. "No es un jugador, es un equipo entero. Y una víctima más de los medios, de eso sabemos aquí".