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Las reglas de los Oscar dividen a Hollywood Muchos académicos piden conocer los resultados de las votaciones y que el voto no sea secreto

ENVIADA ESPECIALA estas alturas, el resultado del sondeo que ha realizado The Wall Street Journal entre un buen número de votantes de Hollywood, y que provocó la ira de la Academia, es un misterio. Se publique o no el reportaje fantasma, que se esperaba para el pasado viernes y que si finalmente aparece será pasado mañana -dos días antes de la 72ª ceremonia de los Oscar, que se entregarán el próximo domingo-, lo que sí ha logrado el diario neoyorquino es que salga a la luz el problema de fondo del sistema de la Academia: la gran insatisfacción de muchos de sus miembros con sus viejas reglas, sus imposiciones y su secretismo sobre cómo se libra la pelea de los Oscar.

La Academia de las Artes y las Ciencias de Hollywood está compuesta por 6.316 miembros, de los que votan 5.607. Según los datos facilitados por la propia Academia, sus miembros se reparten en 1.321 actores, 460 productores, 407 ejecutivos, 404 escritores, 400 técnicos de sonido, 358 relaciones públicas, 354 directores, 351 directores de arte, 249 músicos, 220 montadores, 319 realizadores de cortos, 197 técnicos de efectos especiales, 165 directores de fotografía y, finalmente, 402 que pertenecen a pequeños departamentos y al llamado grupo de cortesía (o sea, las esposas de los dirigentes de los estudios).Desde hace algunos años, y clamorosamente estos días, muchos académicos piden públicamente que se cambien las reglas del juego, que los votos dejen de ser secretos y se conozca por cuánto gana cada película. Una parte de Hollywood quiere desempolvar los archivos y saber cómo fue la trastienda de cada votación, que se destripen las entrañas de estos famosos premios que, inexplicablemente, dejaron fuera a Alfred Hitchcock, Greta Garbo, Marlene Dietrich o Edward G. Robinson (este último, además, pertenece a la lista de judíos a los que la Academia hizo el vacío durante los años cuarenta y del que sólo se salvó Paul Muni). El año pasado, el triunfo de Shakespeare enamorado sobre Salvar al soldado Ryan avaló a los académicos que apoyan este cambio.

Transparencia

"Todo el mundo asume que la película de Spielberg rozó el premio, que la diferencia fue por muy poco. Pero es una simple suposición, la realidad se desconoce y tenemos derecho a conocerla", afirma el guionista William Goldman en una entrevista en Premiere. "La Academia defiende la idea de que la gente no quiere conocer los resultados. Pero el cine es el centro absoluto de nuestra cultura, y lo que se vote y por cuánto es importante". El copresidente de Sony Classics, Michael Baker, añade: "Sólo queremos saber si la Academia, de verdad, adoró una película o si, por el contrario, ganó por muy poco".

Frente a esta petición de transparencia, un veterano académico defiende el silencio: "Sería una malísima idea". "Ya se sabe demasiado sobre el funcionamiento de los premios. Los Oscar no deben ser una carrera de caballos. ¿Qué pasaría si se sabe que una película ganó sólo por un voto? Sería insano. Se hablaría todavía más del proceso y los premios perderían credibilidad".

De momento, lo que se ha perdido es el miedo a decir lo que cada uno vota. Así, el cineasta Peter Bogdanovich, un viejo académico, leía el sábado por la noche, en un programa de la televisión, sus decisiones para este año. El director de The last picture show declaraba lo obvio: "La objetividad no existe. Cuando votamos, ninguno estamos libres de prejuicios. ¿Acaso no votamos muchas veces a un actor no sólo por la interpretación en la película por la que es candidato, sino por otras que no se han reconocido? ¿Acaso algunas películas no nos llegan más porque el tema nos gusta y no porque sean mejores? ¿Y no es verdad que si nos gustan igual dos películas, nos decantaremos por la que ha producido un amigo? Sin duda, son muchas las preguntas que debemos hacernos".

Premios de Bogdanovich

Dicho esto, Bogdanovich leyó sus preferencias y las justificó. Mejor actor: Denzel Washington, por Huracán Carter: "Los personajes reales siempre encierran una mayor dificultad". Mejor actriz: Julianne Moore, por El fin del romance: "No puedo evitarlo, soy un romántico y me emocionó la simplicidad de su interpretación. Además, este año ha realizado en Magnolia y Un mapa en el mundo trabajos radicalmente opuestos e igualmente magníficos". Mejor actriz de reparto: Catherine Keener, por Cómo ser John Malckovich: "Es una de nuestras mejores y más desconocidas actrices, es una verdadera virtuosa". Mejor actor de reparto (y aquí Bogdanovich se deshizo en elogios): Haley Joel Osment, por El sexto sentido: "Me fascinó, es muy difícil que un niño interprete con tanta intesidad a un personaje tan extraño".

El cineasta, finalmente, confesó que El sexto sentido ha sido para él la mejor película, "porque es un filme de género que juega con diferentes niveles, por su misterio, por su construcción y porque es un proyecto audaz por el que nadie daba un duro". Pese a todo, el cineasta dijo que tenía dos únicos deseos: que Buena Vista Social Club gane el Oscar al mejor documental, y que Election (la brutal sátira política y social sobre las elecciones en un instituto de enseñanza media) gane el de mejor guión adaptado. "Éstos son los dos que este año me importan".

Desde la portada de El País Digital (www.elpais.es), tras los titulares del día, se puede acceder a los enlaces de los especiales sobre los oscars y Pedro Almodóvar.E. F.-S Los Ángeles

Paciente espera

Mientras Pedro Almodóvar regresaba a Los Ángeles de un fin de semana de descanso en Las Vegas, Marisa Paredes era la primera actriz de su equipo que aterrizaba en California. Mañana llegarán unas veinte personas del equipo de Todo sobre mi madre y hoy lo hará la única extranjera que puede hacer sombra al cineasta español: Catherine Deneuve, que viene con Regis Wagnier (ganador de un Oscar en 1995 por Indochina) a dar la cara por La vida prometida (Este-Oeste), la película francesa que compite con Todo sobre mi madre por el Oscar a la mejor película en habla no inglesa. Un premio que parece tan decantado que Colin Nutley, director de la candidata sueca, Under the sun, afirmaba sonriente el pasado jueves: "Estoy encantado de venir, pero no hay nada que hacer".Aunque los académicos pueden votar hasta mañana, la gran mayoría ya lo ha hecho hace un mes (cuando se libró la verdadera batalla por las estatuillas) y ya sólo queda sitio para las quinielas, las tertulias y la paciente espera. American beauty, de DreamWorks -la productora de Steven Spielberg, David Geffen y Jeffrey Katzenberg-, sigue siendo la favorita. La prensa presenta Las reglas de la casa de la sidra, del sueco Lasse Hallström, en manos de Miramax, como su principal rival. DreamWorks y Miramax son los dos grandes estudios independientes y su enfrentamiento se remonta al año pasado, cuando Shakespeare enamorado dejó sin el principal trofeo a Salvar al soldado Ryan.

Los Oscar de 1999 siguen flotando sobre Hollywood y de ellos nace el malestar entre los cineastas californianos y las reglas de su Academia. Si el secretismo de los votos molesta, poder votar sin ver las películas en pantalla grande se considera otro despropósito.

Sólo las películas en habla no inglesa (y de esto se queja Almodóvar) tienen que ser vistas obligatoriamente en pantalla grande para poder votar. "El video perjudica a muchas películas, y lo hizo con Salvar al soldado Ryan", afirma un académico."Las películas se deben ver para el formato que fueron ideadas, sobre todo si se tiene que votar el sonido y la fotografia. El vídeo se debería prohibir", dice el director de marketing de DreamWorks.

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