Bonet afirma que el IVAM vive "sus horas más difíciles" por presiones de la Generalitat

El director del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Juan Manuel Bonet, afirmó ayer que el museo "vive una de sus horas más difíciles", en referencia al pulso que han lanzado las consejerías de Cultura y Obras Públicas al instalar una escultura a las puertas del IVAM sin contar con su aprobación. Bonet solicita, "ante el hecho acaecido", la convocatoria del consejo rector del museo, "organismo entre cuyas funciones está resolver los conflictos que pueden plantearse", pese a la opinión contraria del consejero de Cultura, Manuel Tarancón.

En sus primeras declaraciones desde que se depositó, la madrugada del viernes, El esclavo, de José Sanleón, en la explanada diáfana que da asceso a la puerta principal del IVAM, Bonet, que se encontraba entonces en el extranjero, explica que manifestó tanto al consejero de Cultura como al propio artista su "oposición al proyecto". Bonet expresó su oposición desde que empezó a hablarse hace dos semanas de la posibilidad de emplazar la pieza -una chimenea de barco refundida y rodeada de cables, de más de una tonelada- en ese espacio, un lugar emblemático y privilegiado para cualquier museo.El crítico y estudioso del arte, nombrado director del IVAM en 1995 por la Generalitat valenciana, que preside Eduado Zaplana, del PP, salió así al paso de las declaraciones del lunes del consejero de Cultura, en las que subrayaba que Bonet era conocedor de toda la operación. En el breve comunicado de Bonet especifica que su "silencio actual es por el bien del IVAM, que vive una de sus horas más difíciles".

En el escrito también se pide la reunión del consejo rector del museo, organismo autónomo adscrito a Cultura. Para ello, la mitad más uno de los 11 miembros con voto del citado órgano deberán solicitar la reunión, debido a que el presidente del mismo, el consejero Manuel Tarancón, ha repetido que "no es necesaria". Sin embargo, fuentes de Presidencia de la Generalitat señalaron ayer que no se descarta la intervención de Zaplana para facilitar la convocatoria del órgano.

La polémica crece en los últimos días, así como las múltiples adhesiones recibidas por el equipo directivo del IVAM, que cuenta con el total respaldo del comité de empresa del museo. Al margen de la conveniencia de privilegiar a un artista y no a otro, de consideraciones artísticas sobre la obra, objeto de ataques vandálicos por parte de sectores reaccionarios cuando estaba ubicada en una céntrica calle de Valencia, el traslado de la pieza frente al IVAM se interpreta como una ruptura de la autonomía de gestión de un museo que ha atesorado un sólido prestigio en sus 11 años.

El consejero de Cultura ha mostrado su satisfacción por la programación diseñada por Bonet (que considera su única competencia), pero insiste en que el traslado trata de restituir la escultura como "un símbolo de tolerancia" y niega la posibilidad de mover esta pieza de "mobiliario artístico urbano". También ha afirmado que, en todo caso, se trata de un pulso planteado por Bonet con el fin de buscar un "escándalo para salir" del IVAM. Fuentes del museo han rechazado tajantamente esta versión y han denunciado numerosas intoxicaciones. Todo indica que Bonet no tiene intención de dimitir.