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Cerca de 2.000 parejas nuevas solicitan cada año ayuda médica para tener hijos

Unas 2.000 parejas nuevas acuden cada año en el País Vasco a los centros médicos para resolver las causas por las que no pueden tener hijos. Esta cifra estimativa la apunta Francisco Javier Rodríguez Escudero, jefe del departamento de Tocoginecología del Hospital de Cruces, centro que atendió el año pasado a 667 parejas nuevas. La mayor parte de la demanda de tratamientos de fertilidad ha de ser derivada a centros privados autorizados, de los que existen ocho en Euskadi: cuatro en Vizcaya, tres en Guipúzcoa y otro más en Álava.

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Una ventaja de los centros privados es que no existe lista de espera. En la sanidad pública, en cambio, la espera media supera el año, de pendiendo de la técnica necesaria. Si se trata de fecundación in vitro este tiempo es de unos 13 meses; en fecundación con semen de donante, 15 meses, y con semen del marido, 16 meses. La espera es mayor cuando el donante es el marido, ya que hay más del doble de solicitudes. La técnica más habitual que se realiza en Cruces "son inseminaciones", de uno y otro tipo, indica Rodríguez Escudero. En diciembre pasado, en ese hospital vizcaíno había un total de 251 parejas en lista de espera para fecundación in vitro, 85 para inseminación de donante y otras 155 estaban pendientes de fertilización con semen del marido."Ha aparecido una nueva técnica, que es una variante de la fertilización in vitro, que se llama inyección intracitopasmástica de espematozoides [ICSI, de sus siglas en inglés]. Ha permitido fertilizaciones en casos que hasta ahora eran imposibles", comenta Rodríguez Escudero. En esta técnica, se extraen las células del ovario y luego en el laboratorio se les introducen los espermatozoides. "Esto permite que varones considerados estériles puedan concebir, ya que únicamente se necesita un espermatozoide por óvulo", explica este especialista, quien se lamenta de que el hospital de Cruces, centro de referencia de la zona norte y el primero público de España que realizó una fertilización in vitro con éxito en 1984, no disponga de esta técnica, accesible en varias clínicas privadas.

Cada vez que una mujer acude a un centro a realizarse una implantación de óvulos fecundados in vitro, le cuesta una cifra aproximada de entre 300.000 y 400.000 pesetas, según indica el ginecólogo José Gurrea, de la Clínica Euskalduna de Bilbao. "El porcentaje de éxitos con esta técnica ronda el 30%", apunta. En la inseminación artificial con semen del marido, el porcentaje de éxitos es el 10% en la primera inseminación y aumenta al 30% en la sexta.

"La demanda que se genera en el País Vasco con respecto a las dificultades de reproducción debe ser aproximadamente de unas 2.000 parejas al año", apunta Rodríguez Escudero. De ellas, algo más de la cuarta parte son tratadas en la sanidad pública y el resto, derivadas a la privada. Cruces atendió en 1999 a 667 parejas por primera vez. "Como cada una de estas mujeres necesitan varias pruebas, el total de consultas que se atendieron en la unidad de reproducción el año pasado fue de 9.042", comenta el jefe de Tocoginecología.

La causa más frecuente de infertilidad en las mujeres "se relaciona con el funcionamiento del ovario (alteraciones del ciclo ovárico), seguida de alteraciones en las trompas y otra serie de factores menos habituales", afirma Rodríguez Escudero. "En el varón lo más habitual es que tenga una alteración de la motilidad de los espermatozoides".

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En cuanto a mujeres solas, tanto Rodríguez Escudero como Gurrea aseguran que muy pocas acuden a estas técnicas para concebir. "Lo habitual en el noventa y muchos por ciento es que sean parejas las que intentan la reproducción", indica el médico de Cruces. "Una al año o como mucho dos", concreta Gurrea.

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