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MÉXICO Desperdicio de bravura

Hacía tiempo que no se lidiaba un encierro de tan bella lámina, que se creciera al castigo y que acometiera con tanta bravura. La soleada y apacible tarde sonaba a triunfos con ganado como éste pues nada más saltaban al ruedo y la concurrencia rompía en aplausos. Pero el gozo se fue al pozo pues tanto Jorge Cantú El Gallo como Mauricio Flores desperdiciaron la bravura de sus respectivos lotes.Sólo Héctor de Granada supo aquilatar las cualidades de sus adversarios y dejó constancia de su valor y oficio, aunque su capoteo al fijo segundo fue rápido y embarullado.

Inició su trasteo un poco atropellado hasta que pudo acoplarse al noble ritmo del burel. A partir de ese momento su muleteo fue templado, profundo por el derecho y cristalino por el izquierdo.

Tequisquiapán / Granada, Gallo, Flores Toros de Tequisquiapán con trapío y cuajo salvo el 5º; algunos sospechosos de pitones; encastados y bravos, excepción del 6º; aplaudidos en el arrastre los cinco primeros

Los ganaderos fueron sacados a hombros. Héctor de Granada: pinchazo, media trasera -aviso- y se echa el toro (ovación y salida al tercio); pinchazo y estocada delantera caída (vuelta). El Gallo: pinchazo, media y seis desabellos (abucheos); tres pinchazos y estocada delantera caída (abucheos). Mauricio Flores, que confirmó la alternativa: pinchazo y media delantera (pitos); cuatro pinchazos -aviso-, pinchazo y dos descabellos (pitos). El picador Héctor Campos sufrió fracturas múltiples en el húmero derecho y esguince cerebral al ser derribado por el primero. Monumental Plaza México, 19 de marzo. Inauguración de la temporada de primavera. Mala entrada.

Pero el mejor desempeño vino con el tardo pero noble y pastueño cuarto en el que con un reposado aguante y un hábil juego de muñecas trazó un toreo terso. En ambos ejemplares se le escapó el trofeo por fallar con el acero.

Qué pena que el largo recorrido y la extraordinaria fijeza que desarrolló el mejor animal del encierro que hizo tercero hayan pasado inéditos, pues los trapazos que le dio El Gallo fueron espantosos.

Con el anovillado quinto, que con entrega metía la cabeza en los engaños, al diestro de Cadereyta parecía que lo habían puesto en el ruedo a la fuerza pues mostró un pavor incontrolable. Su único acierto fue anunciar a la prensa al final del festejo que se retiraba de la profesión.

Con el astado de la confirmación, Mauricio Flores dio un pobre espectáculo por partida doble. Primero, por las dudas que demostró en el manejo del capote y de la muleta y, después, por su falta de sitio y de oficio ante un bicho difícil al que había que poderle para sacarle provecho.

Con el lunar del encierro, el abanto que cerró plaza, el regiomontano, que en ocho años de alternativa sólo ha hecho el paseíllo en 50 ocasiones, se dedicó a dejar pasar a la sosa res sin embarcarla en la pañosa.

Después del arrastre del sexto fueron paseados a hombros los ganaderos Ramón y Mónica Serrano.

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