El Inquilino Comunista vuelve a pisar hoy un escenario
Que un conjunto musical se suba a un escenario para desgranar desde él sus composiciones no es algo novedoso; forma parte de la rutina de cualquier grupo. Sin embargo, la actuación programada para esta noche (22.00) en la sala Gwendolyne de Algorta escapa a la catalogación de rutinaria. Y es que el grupo que, precedido por Ya Te Digo, interpretará sus temas bajo los focos del local vizcaíno es El Inquilino Comunista, cuarteto que ofreció su último concierto hace casi cuatro años en el Festimad.Entonces eran punta de lanza del movimiento conocido como Getxo sound, eran adorados en toda España por los seguidores del noise pop y entraban en las quinielas para protagonizar un pelotazo como el que más tarde encumbró a Dover. Pero, tras publicar tres elepés, optaron por invertir su tiempo en profesiones alejadas de la música y alimentar la duda de si hubieran llegado realmente lejos como músicos.
"Es una gran incógnita, pero nunca lo sabremos, porque nunca lo intentamos al 100%. Teníamos clarísimo que no íbamos a dedicarnos a la música porque en España es muy difícil vivir de ella; se rige a través de modas y una moda es pasajera, no perpetua. Y creo que vivir de algo pasajero es complicado", reflexiona Javier Letamendia, batería del conjunto getxotarra.
Sin dejar de ensayar
Efectivamente, el grupo se alejó de la absorbente dinámica de las grabaciones, la promoción y las actuaciones en directo, pero sus miembros no dejaron de reunirse para ensayar y matar así el gusanillo de la música. Eso les permitirá brindar hoy a sus seguidores material nuevo que refleja cierta evolución. "Al principio, hacíamos una cosa un poco más directa, más desnuda, primando la pasión, la fuerza. Luego, fuimos trabajando un poco más los sonidos, y ahora estamos más centrados en lo que son las partes rítmicas, los riffs. Pero, bueno, no hemos dado ningún cambio brusco", aclara Letamendia.
Asimismo, el repertorio no será lo único novedoso en el que "puede que sea el último concierto del Inquilino", ya que el conjunto cuenta también con un bajista diferente, Ricardo Andrade (guitarrista de Cujo), un músico escogido "por gusto" y con el que cumplen un deseo: "Sacar los temas que llevamos ensayando tres años".
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