Maria Chillida exhibe su búsqueda del equilibrio en una muestra en San Sebastián
María Chillida (San Sebastián, 1960) expone hasta el próximo 31 de marzo en la Galería Ekain Arte Lanak de San Sebastián Oreka/ Equilibrio, una muestra que refleja su obsesión por hacer de la pintura y la escultura dos disciplinas armónicas. La artista, hija del escultor Eduardo Chillida, exhibe una veintena de piezas abstractas, entre figuras y cuadros, realizadas en su mayoría sobre papel de celofán transparente. "Todo mi trabajo se basa en lo mismo: el equilibrio de formas y colores", asegura. "Las piezas siempre me salen simétricas y quizá es porque para mí el equilibrio es fundamental en la vida". Chillida, que se dedica al arte en sus "horas libres" siente una singular atracción por el collage, que queda plasmada en las piezas de esta exposición. Juega fundamentalmente con las superposiciones de celofán pintado que un buen día descubrió en una bolsa de tintorería y crea obras de un gran colorido. "Muchas veces he intentado pintar con tonos oscuros pero acabo destruyendo las obras porque no me veo reflejada en ellas", reconoce.
María Chillida ha pintado toda su vida. Parece inevitable en el caso de una mujer que pertenece a una saga familiar de artistas. Comenzó plasmando paisajes y floreros, piezas de tintes más enmarcados dentro de lo figurativo. Más adelante, aprendió la rigidez del trabajo de pintor de la mano de su hermano Pedro y evolucionó hacia la abstracción que, asegura, le permite "mayor libertad a la hora de crear" sus obras.
La artista ha sabido diversificar su pasión por el arte. Fue profesora voluntaria de pintura en la cárcel de Martutene y durante varios años programó las muestras de jóvenes promesas en el bar Biarritz de San Sebastián.
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