_
_
_
_

72 horas de penalidades para hallar la pastilla Madrid es una de las ciudades donde hay mayores dificultades

Sábado de madrugada. Una adolescente madrileña acude al servicio de urgencias de su barrio porque teme haberse quedado embarazada. Explica que se les ha roto el condón. Pide la píldora del día siguiente, pero le dicen que no la conocen. Se dirige a otro hospital donde se niegan a recetársela. En el tercer hospital al que acude le dan la dirección del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid. Pero es viernes, de modo que tendrá que esperar hasta el lunes para obtenerla.Es un caso muy habitual, uno de tantos a los que tiene que atender Paloma Rivero, psicóloga del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid, que cierra los fines de semana, como la mayoría de centros de planificación familiar. Cada lunes facilita más de 40 de estas dosis a jóvenes que se han pasado el fin de semana deambulando por diferentes servicios médicos.

Más información
Trabas a la píldora del día siguiente Ningún laboratorio comercializa en España el compuesto hormonal que impide el embarazo

"Estamos muy saturados, no damos abasto", reconoce Rivero, quien asegura que Madrid es una de las ciudades con mayores dificultades para obtener esta píldora. "La demanda es mucho mayor aquí porque somos muchos. Y además hay que tener en cuenta que sólo en la ciudad existen cuatro hospitales que se declaran objetores en bloque, y ello implica que ninguno de sus facultativos dispensa el tratamiento poscoital. Es necesario que la sanidad pública aporte una solución definitiva", afirma Rivero.

La psicóloga explica que las chicas llegan al centro muy nerviosas, "cansadas de dar vueltas", y es que el tiempo corre durante el peregrinaje en busca de este fármaco, que si se administra antes de las 72 horas, tiene una efectividad del 98%. El tratamiento poscoital fue dispensado en el centro madrileño durante 1999 a 1.253 jóvenes, frente a las 753 que lo solicitaron en 1997.

En Barcelona, las cosas se ven algo diferentes. Rosa Ros, directora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de la ciudad, afirma que en los centros sanitarios catalanes, el acceso a la píldora del día siguiente es más fácil, pero aún persisten problemas. De las 6.000 visitas realizadas en 1999 en este centro, un 24% eran de tratamiento poscoital, unas veinticinco a la semana. En estos momentos, en Cataluña se está realizando un esfuerzo para que este fármaco sea accesible a las jóvenes de todos los barrios, dentro del programa de atención a la mujer que desarrolla el Departamento de Sanidad de la Generalitat.

En los dos últimos años, la Sociedad Catalana de Contracepción, miembro de la sociedad española, y la Asociación de Planificación Familiar de Cataluña y Baleares han hecho un esfuerzo para que todos los centros sanitarios sigan una pauta homogénea en relación a este tratamiento, concretamente la pauta Yuzpe, que establece la dosis exacta de anticonceptivos que se debe administrar. Porque uno de los problemas es la puesta al día de los facultativos sobre este tratamiento.

Protección primaria

"El tratamiento poscoital es una prevención primaria absoluta; si no se dispensa cuando una joven lo solicita, podemos provocar un daño mucho mayor", subraya Ros. "En nuestro centro atendemos a muchas jóvenes que han hecho un vía crucis por centros sanitarios porque son menores de edad y los médicos no han querido recetarles el tratamiento alegando su derecho a la cláusula de conciencia". Pese a los esfuerzos de los grupos de planificación, en última instancia, conseguir la píldora sigue dependiendo en muchas ocasiones de la mentalidad del médico que está de guardia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_