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Una ley penal garantizará en Francia la igualdad profesional

Jospin asume el compromiso de hacer del país una sociedad realmente mixta

Las direcciones de las empresas francesas tendrán que discutir y negociar anualmente con los sindicatos la cuestión de la igualdad profesional entre los trabajadores de ambos sexos, si no quieren ser acusadas de obstruccionismo legal y arriesgarse a sanciones penales. En lo que se refiere a la función pública, la proposición de ley asegura la "representación equilibrada" de los dos sexos en los jurados encargados de la selección del personal

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Francia introduce sanciones penales para garantizar la igualdad profesional entre los sexos. La proposición de ley aprobada por la Asamblea francesa obliga igualmente a las empresas a integrar esta negociación específica en el marco de las discusiones generales sobre los salarios y el calendario de trabajo. El texto acordado esta semana por la mayoría de la Asamblea está claramente orientado a reforzar la aplicación de la ley sobre la igualdad profesional de 1983, un texto pionero en su época y, como ocurre a veces en estos casos, escasamente cumplido hasta ahora. Sólo la mitad de las empresas, en las que las diferencias profesionales hombre-mujer son evidentes, cumplen actualmente con la obligación establecida en el anterior texto legal de elaborar un informe anual sobre la cuestión.Entre los cambios introducidos por los diputados figura también la supresión de la particular interpretación del "carácter mixto" hecha en las instituciones públicas. Según la definición aceptada en la función pública, el "carácter mixto" estaba asegurado, bien es verdad que a título excepcional, "por la presencia al menos de un miembro de cada sexo". En la práctica, pues, la presencia de un sola mujer avalaba la legalidad de los comités de selección.

Contra lo que planteaban algunos grupos feministas, la nueva ley, que ha sido apoyada unánimemente por la izquierda, no refuerza el dispositivo legal que reprime el acoso sexual en el trabajo, para evitar, se ha dicho, propiciar una "deriva a la americana". Precisamente, el tribunal de Versalles ha condenado a ocho años de prisión, sin cumplimiento obligado de pena, salvo reincidencia, al antiguo jefe de servicio de una ingeniero de origen asiático que según su testimonio vivió dos años de infierno bajo el acoso sexual de su jefe.

Durante la recepción que ofreció el pasado día 8 a 600 mujeres, el primer ministro, Lionel Jospin, asumió el compromiso de hacer de Francia una sociedad realmente mixta. El proyecto, ambicioso, habida cuenta de la escasísima representación política de la mujer francesa, puede hacerse realidad con la ley que promueve, bajo sanciones económicas, la paridad en las listas electorales. Para evitar equívocos y ahorrarse quizá algunas sonrisas irónicas, Jospin afirmó que "la paridad no es otra cosa que 50%-50%". Entre las invitadas al palacio de Matignon estaban las Chiennes de garde (Perras de guardia), el grupo que se encarga de denunciar todos los ataques sexistas que se lanzan contra las mujeres que desempeñan puestos de responsabilidad en la sociedad. La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Empleo, Martine Aubry, a quien un miembro del sindicato Fuerza Obrera (FO) tildó días atrás de bruta Aubry, no contará esta vez con el respaldo de las Chiennes de garde, puesto que las "vigilantas antimacho", como se definen también, consideran que el término pudo haber sido aplicado igualmente a un hombre. Al calor de las celebraciones de la semana, acaba de crearse el premio Olimpo de Oro, destinado a premiar las acciones en favor de la paridad. El premio debe su nombre a Olympe de Gouges, feminista francesa guillotinada en 1792.

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