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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Capital-catolicismo

"Si cumplierais los Diez Mandamientos y estuvierais contra el aborto, tal vez no os expulsaríamos...". Ésta fue, literalmente, la tremenda declaración pronunciada por un miembro del arzobispado de Madrid durante una reunión con representantes de la Escuela Popular de La Prospe.El arzobispo Rouco Varela quiere recuperar a toda costa el local en el que realizamos nuestras actividades educativas y sociales. Y el Ayuntamiento se ha hecho cómplice de esta maniobra rompiendo en 1991 el contrato de alquiler con la excusa de que la escuela "ya no es necesaria". Recientemente, además de las importantes movilizaciones sociales y vecinales a nuestro favor, el mismo pleno municipal de Chamartín ha reconocido por unanimidad la importancia de nuestra labor social en el barrio. Así que vienen a reconocer que hace nueve años cometieron un error al dejar vía libre para nuestro desahucio. Lo lógico es que ahora reparen el daño cometido.

Pues hace una semana tuvimos una reunión con el Ayuntamiento y el arzobispado que fue totalmente desastrosa, debido a la intransigencia y cerrazón de éstos. El Ayuntamiento no sólo no llevó ninguna propuesta concreta, sino que además no quiso ni escuchar la nuestra (que era de permuta de terrenos).

En cuanto al arzobispado, aparte de lindezas como la que encabeza esta carta, dejó clara su inamovible pretensión de recuperar este local. Aseguran quererlo para oficinas administrativas de misiones, las cuales, sin embargo, podrían instalarse en muchos otros sitios de la ciudad (terrenos y locales no les faltan); pero no, quieren éste. La Prospe, en cambio, sólo tiene sentido, lógicamente, en Prosperidad, barrio en el que llevamos ya más de 26 años desarrollando nuestra labor.

¿El apego del arzobispado a este terreno tendrá algo que ver con que el suelo del distrito sea el más caro de todo el Estado? ¿O se trata simplemente, ateniéndonos a sus palabras, de una persecución ideológica (de la que participa gustoso el Ayuntamiento)? Posiblemente, ambas cosas a la vez; así que, si se me permite el neologismo, el capital-catolicismo campa hoy en día a sus anchas.-

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