Profesores de Granada programan un robot capaz de orientarse solo El autómata detecta los obstáculos y toma decisiones para sortearlos
Robots carteros y robots cicerones de museos. Éstas son algunas de las tareas más complejas que las máquinas ya son capaces de asumir. Pero, por ahora, son incapaces de moverse sin un plano detallado de la oficina o la pinacoteca en su memoria. Dos profesores de la Universidad de Granada han desarrollado un programa informático que convierte en inteligente a un pequeño robot y le permite desplazarse de forma autónoma, detectar obstáculos imprevistos, como personas en movimiento, e improvisar una solución.
Desde hace varios meses, el robot Nomad se mueve con cierta soltura por la segunda planta de la Escuela Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Granada. Desliza lentamente y sin tropiezos sus cien kilos de peso por los pasillos y sortea a los estudiantes que transitan de aula en aula. Y no lo hace con un mapa detallado de la planta, sino con un croquis que le anticipa dónde puede haber una puerta, un pilar o una escalera. Si Nomad no se da de bruces con las paredes o no atropella a los alumnos es gracias al conocimiento del entorno que le otorgan sus sentidos y al programa informático que los controla, desarrollado por los profesores Eugenio Aguirre y Antonio González.
El Departamento de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la escuela compró este complejo robot hace seis años en Estados Unidos por unos cuatro millones de pesetas. La máquina está equipada con varios grupos de sensores que le proporcionan información acerca de su entorno. Un sistema de sonar le permite ver obstáculos hasta seis metros de distancia y los infrarrojos le sirven para ver de cerca, a unos 35 centímetros. Nomad lleva también en su cuerpo rechoncho y cilíndrico una cámara óptica de baja resolución y un sistema táctil, que detecta el contacto con obstáculos.
Lo que Eugenio Aguirre ha hecho en su tesis doctoral, dirigida por el profesor Antonio González, es enseñar al robot a sacar partido a sus sentidos para lograr una gran autonomía de movimiento y también la capacidad de improvisar y tomar decisiones ante situaciones imprevistas. "En este sentido, adopta un comportamiento similar al humano", explican los investigadores.
La tesis también aporta una nueva filosofía de trabajo y estructura de programación que usa la técnica de robótica basada en comportamiento.
La intención de Aguirre es que el robot pueda desplazarse de forma segura en cualquier edificio y responder a unas órdenes concretas en su interior. "Así puede repartir cartas en una oficina, realizar tareas de vigilancia o arrastrar un trenecito cargado de turistas por un museo y explicarles cada cuadro", ilustra. El profesor aspira a que el robot aprenda de su experiencia y actúe en consecuencia, que sea inteligente.
Aunque la de Aguirre es la primera tesis doctoral desarrollada con este robot en los seis años de Nomad en Granada, el Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial lo usa para otros fines, tanto docentes como con propósitos investigadores. "Este robot es un buen laboratorio para probar las teorías de inteligencia artificial", señala González.
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