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FUEGO MORTAL EN VALLECAS

De los primeros 'quinientos' a los últimos 'pisos-puente'

José Manuel Romero

El cubo de ladrillo de dos plantas donde ayer murieron cinco personas abrasadas por el fuego es el último vestigio de dos inmuebles con forma de L y corredores comunes que levantó el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) en Entrevías a principio de los noventa. Los dos edificios públicos se construyeron con carácter provisional para ir alojando en ellos a las familias que residían en otros bloques próximos edificados durante el franquismo y arruinados por las grietas. Los dos nuevos edificios eran "viviendas-puente", según el Ivima. Servían para alojar durante dos años -el tiempo que tardaba la Administración en hacer casas nuevas- a las familias que perdían sus pisos por grietas.El Gobierno regional del socialista Joaquín Leguina, el mismo que levantó la inmensa mayoría de las más de 10.000 viviendas nuevas de Vallecas entre 1983 y 1995 para realojar a más de 30.000 personas que vivían en casas bajas e insuficientes, se encargó de construir pisos a los que residían de manera provisional en los edificios con forma de L.

Deprimentes y cuarteados

Ese sistema ha permitido promover en los diez últimos años (con gobiernos socialistas y con gobiernos populares que continuaron el proyecto) una nueva colonia de relucientes bloques de seis y siete alturas que ha sustituido al deprimente barrio de inmuebles cuarteados.

A punto de concluir ese ingente trabajo, el Ivima decidió derribar los dos edificios provisionales, situados sobre un solar donde antes habían vivido cientos de familias que llegaron de Extremadura, Andalucía o Castilla-La Mancha en casas de dos alturas conocidos como "los quinientos", por la numeración de los bloques. En 1972, aquel barrio fue derribado, y sus inquilinos, alojados en viviendas públicas nuevas a sólo unos metros de distancia.

Tras la demolición, el solar estuvo muchos años cultivando flores silvestres hasta que el Ivima lo usó para hacer sus dos edificios en forma de L, con largos corredores comunes, para alojamientos provisionales. En la parte baja del rincón de uno de ellos, la lotera del barrio resistió al último desalojo. Unos okupas tomaron la parte alta del edificio. Allí murieron ayer carbonizados cuatro hombres y una mujer.

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