Los accidentes de tráfico aumentaron en Barcelona un 6,24% el año pasado y se cobraron 50 vidas

Los motoristas, los conductores de turismos y los peatones fueron los más perjudicados por el aumento de los accidentes de tráfico registrados el año pasado en las calles de Barcelona. Se registraron 12.941 siniestros, 761 más que en 1998, lo que equivale a un incremento del 6,24%. En ellos perdieron la vida 50 personas, fueron nuevamente los usuarios de motos los que se llevaron la peor parte -el 34% de los accidentes-, un porcentaje destacable teniendo en cuenta que es muy superior al peso que este vehículo tiene en el parque móvil de la ciudad. La tendencia al alza volvió a confirmarse en las Rondas, donde se produjeron un total de 553 accidentes (31 más que en 1998).

Los atropellos de peatones representaron un 4%, algo menos que en ejercicios anteriores, pese a que constituye uno de los principales objetivos a combatir por los responsables de la seguridad viaria de la ciudad para los tres próximos años, especialmente en Ciutat Vella, donde se producen la mayoría de ellos. El Ayuntamiento presentó ayer el Plan Municipal de Seguridad Viaria para el próximo trienio que prevé aumentar las atribuciones sancionadoras del alcalde de forma que pueda retirar el carnet de conducir a los automovilistas que cometan infracciones graves.Dentro del capítulo de disciplina viaria los responsables de la movilidad tienen previsto impulsar una serie de medidas tendentes a aumentar la eficacia sancionadora en la línea que marca la Carta Municipal, según la cual el alcalde será la máxima autoridad para aumentar la eficacia en los procedimientos abiertos a los conductores que infrinjan las normas de circulación. El plan presentado ayer por los concejales socialistas Carme San Miguel y Francesc Narváez mantiene la misma política de seguridad viaria iniciada en los últimos diez años y persigue como primer objetivo concienciar a la ciudadanía para lograr una conducción mas tranquila y segura, lo que intentarán mediante campañas informativas.

Plan sin presupuesto

El plan no tiene asignado un presupuesto concreto exceptuando la partida de 50 millones anuales que destinará a mejorar los puntos negros de la ciudad, situados en su mayoría en el Eixample, donde se produce un mayor número de siniestros. Una de las novedades que presenta es que de ahora en adelante cada nuevo proyecto urbanístico deberá disponer de la correspondiente auditoría de seguridad viaria. Así se podrá detectar de antemano si presenta algún elemento que pueda obstaculizar la circulación.

Al evaluar las circunstancias que rodean al accidente se ha comprobado que aumentan las colisiones provocadas por la falta de atención del conductor, lo que en buena medida obedece al uso del móvil. Narváez hizo un llamamiento a los fabricantes de vehículos para que incorporen en los nuevos modelos el teléfono de manos libres, teniendo en cuenta que el uso de la telefonía cada vez está más extendido entre los automovilistas. Respecto a la siniestralidad en las Rondas, Narváez le restó importancia diciendo que suman 32 kilómetros por los que circulan 120.000 vehículos diarios y que es donde se producen los accidentes más graves, normalmente por la noche y por exceso de velocidad.

El Ayuntamiento prevé dedicar especial atención en el proximo trienio a las personas mayores, ante el temor de que los atropellos tiendan a aumentar sobre todo en las zonas de la ciudad donde la población envejece y donde la trama viaria dificulta esquivar a los vehículos.

Al referirse al carácter interdisciplinar del nuevo plan de seguridad viaria, la concejal responsable de la Guardia Urbana,Carme San Miguel, dijo que este colectivo desempeñará un papel muy activo en su ejecución pero se negó a informar sobre la marcha de la negociación que mantienen con los representantes sindicales de los agentes en el conflicto laboral que se arrastra desde hace meses.

San Miguel se limitó a decir que el colectivo tendrá que rejuvenecerse y adecuar a las necesidades de la ciudad cuando toque. Visiblemente molesta, la concejal salió al paso de las críticas del Real Automóvil Club de Cataluña sobre una supuesta insuficiencia de la plantilla de urbanos: "Lo que me preocupa es que [el RACC] se desdiga dos horas después de lo dicho".