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Medio Ambiente anuncia restricciones de agua para los regadíos ante la merma de reservas

La Comunidad Valenciana no ha resuelto en los últimos cuatro años sus históricas carencias hídricas, agravadas por una galopante sequía y una acentuada merma de la calidad de las aguas. Los problemas más graves, en lo que se refiere al agua para cultivos, se concentran en el norte de Castellón y sur Alicante, con un déficit global de 180 hectómetros cúbicos al año. El Ministerio de Medio Ambiente ha anunciado restricciones para los regadíos ante la merma de agua embalsada, que en el caso de los pantanos del Júcar y Segura están al 20% y 19%, de su capacidad.

El último bienio del siglo fue extremadamente seco. El tercer milenio se ha inaugurado bajo la misma tendencia: el pasado mes de febrero fue el tercero menos lluvioso de los últimos 50 años. Ello ha mermado considerablemente las reservas de los embalses de las dos confederaciones del territorio valenciano: Júcar y Segura. Algunos pantanos están ya totalmente secos, como el María Cristina, en L'Alcora, y el de Ulldecona, el más septentrional, donde desde hace días los peces están siendo trasladados al embalse del Sitjar, en Onda.Las reservas de agua en las cuencas del Segura y Júcar apenas llegaban a finales de febrero al 20% de su capacidad, un 10% menos que el mismo mes del año anterior. El secretario de Estado de Aguas, Benigno Blanco, aseguró ayer, en declaraciones a la agencia Efe que, de persistir la sequía "nos encontraremos en una situación muy dura en el Júcar y en el Segura".

Para los agricultores, la solución es inequívoca: los trasvases; el del Ebro para las comarcas del norte de Castellón y del Júcar- Vinalopó para el suroeste alicantino. Sin embargo, ambos proyectos están mediatizados por el anhelado Plan Hidrológico Nacional. Los ecologistas, por su parte, abogan por la descontaminación de los caudales (ríos y acuíferos) y frenar las "expectativas" de mayores recursos que, a su vez, alentan el crecimiento urbanístico.

La decisión política de aprobar el Plan Hidrológico Nacional se pospone año a año. Las únicas referencias en la presente campaña electoral sobre este documento se limitan a reproches mutuos entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE.

Los regantes de la provincia de Castellón llevan décadas a la espera del trasvase del Ebro, para paliar el déficit de 100 hectómetros cúbicos anuales, según estimaciones de Vicent Goterris, de la Unió de Llauradors i Ramaders. La situación de los embalses de las comarcas castellonenses, al igual que las del resto de la Comunidad, es preocupante. Los agricultores de las comarcas de Alicante sólo están pendientes del trasvase Júcar-Vinalopó, en la actualidad en fase de exposición, y proyecto al que se oponen los regantes de la Ribera y, especialmente, los grupos ecologistas. "Hay algo evidente, los agricultores de la Ribera cuentan con una media de 9.000 metros cúbicos de agua por hectárea al año, mientras en Alicante no llegamos ni a los 3.000", señala Santiago Pascual, secretario técnico de la organización Jóvenes Agricultores de de Alicante. Los regantes de la Ribera reconocen que su situación es mejor que en Castellón y Alicante.

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