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Un tribunal islámico condena a una embarazada a morir lapidada por adulterio El amante consiguió darse a la fuga y ha sido declarado inocente en los Emiratos Árabes

Una indonesia de 35 años ha sido condenada a ser lapidada hasta la muerte en los Emiratos Árabes Unidos, acusada de adulterio, delito que la sharia (ley islámica que dice aplicar al dedillo el Corán y los Hadices, los Dichos del Profeta, recogidos por la tradición) castiga con la máxima pena. Según el periódico local Al Jalich, la mujer, que está embarazada de su amante, reconoció ante el tribunal ser culpable. El hombre con el que tenía una relación, de nacionalidad india, se ha dado a la fuga, si bien el tribunal le ha considerado inocente. Por lo general, la sharia condena también a los hombres adúlteros.

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La Embajada de Indonesia en Abu Dabi manifestó ayer no haber sido informada. "Si el veredicto no es definitivo", declaró un portavoz, "apelaremos y buscaremos un abogado".La identidad de la mujer no ha sido revelada, ni tampoco si es una de las numerosas inmigrantes -sobre todo filipinas, indonesias, ceilandesas, bangladeshíes, indias o paquistaníes, aunque también hay egipcias- en el Golfo y en Arabia Saudí.

"Debemos entre todos lograr una movilización internacional contra aberraciones así", dijo ayer a este periódico María Durán, presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis. "Es un atentado a los fundamentos de una sociedad civilizada y choca con todas las convenciones de la ONU. Además expresa el valor que en ciertas legislaciones se da a controlar represivamente la sexualidad de las mujeres, hasta el punto de condenarlas a muerte, y a una muerte con enorme sufrimiento".

También la Federación de Mujeres Progresistas, por medio de su presidenta, Enriqueta Chicano, proclamó ayer su rechazo: "No es algo que podamos considerar ajeno. Hablamos siempre del feminismo como de la revolución del siglo, pero nada ganaremos hasta que cale en países que lo niegan. Ninguna costumbre ni religión puede prevalecer por encima de los derechos humanos".

El caso de la indonesia condenada según la sharia -que en cada país musulmán es interpretada de forma distinta, pese a que en todos se invoca la letra del Corán- es el último que salta a los medios de comunicación, pero hay precedentes próximos. El pasado enero fue puesto en libertad en Irán el empresario alemán Helmut Hofer, que pasó 29 meses en prisión y estuvo a punto de ser ejecutado por sus amores con una iraní musulmana. Los nuevos vientos impulsados por el Gobierno de Jatamí favorecieron a Hofer, cuyo caso había envenenado las relaciones entre Irán y Alemania. Según la sharia iraní, si el hombre adúltero no es musulmán puede ser condenado a muerte: el Tribunal Supremo de Teherán conmutó esa pena por una multa simbólica.

En los Emiratos fue condenada en 1995 a muerte una criada filipina de 16 años, Sara Balabagan, por matar a su patrón. En un juicio anterior se demostró que él la había violado varias veces, pero un nuevo tribunal la sentenció a morir. La presión internacional logró su libertad tras un año de cárcel y recibir 100 azotes.

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