Alarma por el peligro de una catástrofe humana en Mozambique
Diversas organizaciones humanitarias hicieron ayer un llamamiento urgente para reclamar la atención internacional sobre la desesperada situación que atraviesa Mozambique. Tras las inundaciones provocadas por semanas de lluvias torrenciales y el paso de un ciclón, que han dejado al menos 85 muertos y 800.000 afectados en este país, uno de los más pobres de África, la hambruna y las enfermedades provocadas por la falta de higiene aumentan.
"Estamos pidiendo ayuda a gritos", aseguraba ayer el español Charly Monteiro, delegado de la Cruz Roja en Mozambique. El Gobierno mozambiqueño cifra en 65 millones de dólares (11.000 millones de pesetas) la cantidad necesaria para hacer frente a los daños causados por las inundaciones, que han dejado un rastro de 150 muertos y más de 200.000 personas sin hogar.Hasta ayer, Cruz Roja sólo había recaudado 200.000 pesetas en las cuentas abiertas para esta causa. Sin embargo, la organización ha empezado ya a repartir equipos de cocina, mantas, bidones de agua y pastillas de cloro para potabilizar el agua. La contaminación del agua es uno de los principales problemas porque la convierte en foco de enfermedades infecciosas. "Se están produciendo casos aislados de cólera. La impresión es que se puede contener, pero las reservas de suero no son muy altas y hace falta mucha prevención", alerta Monteiro. Incluso antes de que se produjeran las inundaciones, el cólera y la malaria eran ya la principal causa de muerte en Mozambique, y en algunas zonas la situación es especialmente grave: en Gaza, la rotura de las conducciones de agua potable ha hecho que éstas se mezclen con las aguas fecales.
"La gente que pudo escapar de las zonas devastadas por las inundaciones [que han afectado sobre todo a las provincias de Gaza, Inhambane, Sofala y Maputo] está capeando el temporal como puede con las ayudas que va recibiendo. La mayoría son agricultores y pequeños ganaderos que lo han perdido todo", afirma Monteiro.
Otras organizaciones, como Cáritas o Médicos sin Fronteras, también han solicitado ayuda. Mientras, la Unión Europea decidió destinar un millón de euros (167 millones de pesetas) a esta causa, siguiendo el ejemplo de los Gobiernos del Reino Unido y Portugal.
