El mediador de EEUU inicia una nueva misión de paz en Jerusalén

La guerra dialéctica que desde hace dos días enfrenta a la comunidad árabe con Israel a consecuencia de los últimos bombardeos sobre Líbano no impidió que aterrizara ayer en Jerusalén el emisario de la Casa Blanca, Dennis Ross, que viaja con una difícil misión: reactivar el proceso de paz con los palestinos, atascado desde hace cerca de un mes.Ross ha ido por deseo expreso del presidente palestino, Yasir Arafat, quien la semana pasada envió una llamada de socorro a Washington reclamando la reactivación de un proceso de paz agonizante, que amenaza con deteriorar aún más su prestigio y la situación interior en los territorios autónomos.

Ross se entrevistó con el primer ministro israelí, Ehud Barak, horas después de su llegada y piensa reunise esta noche con Arafat en Ramalha para intentar que ambas partes vuelvan a la mesa de negociaciones. El diálogo quedó interrumpido el pasado 13 de febrero, cuando el líder palestino salió de la sala de reuniones dando un estruendoso portazo y dejando con la palabra en la boca a Barak.

El objetivo de Ross es que Arafat y Barak lleguen a un acuerdo sobre las zonas afectadas por el próximo repliegue israelí en Cisjordania, previsto para el pasado 20 de enero y que afecta al 6,1% de los territorios ocupados. La discusión no es gratuita: los palestinos reclaman la liberación de tres poblaciones árabes, cercanas a Jerusalén, con la esperanza de convertirlas en cabeza de puente para llegar a la Ciudad Santa y hacer de ella capital del futuro Estado, algo inaceptable para los israelíes. En caso de que Ross pueda salvar el escollo, se enfrentará a otros problemas, como el acuerdo marco para el Estatuto Final o la fecha para un nuevo y definitivo repliegue de Israel en Cisjordania y Gaza.