Almunia asegura que el Gobierno "está en descomposición" y exige cuentas al presidente

El candidato socialista a La Moncloa, Joaquín Almunia, aseguró ayer que el Gobierno "está entrando en descomposición" y que escándalos como el que ha provocado la dimisión del ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, aflorarán en los próximos días, quizá antes, pero con toda seguridad después de las elecciones del 12 de marzo. Almunia exigió a Aznar que comparezca ante la opinión pública, ya que el Parlamento está cerrado, para ofrecer "una explicación completa y concreta" de lo sucedido en el Ministerio de Trabajo. Si no lo hace, advirtió, "se convertirá en cómplice y encubridor de todas las irregularidades que se hayan cometido".

El secretario general del PSOE fue aclamado como presidente por unas 800 personas que abarrotaron el teatro Bretón de Salamanca. Más de un millar siguieron el mitin desde la calle, a través de una pantalla, ya que por razones de seguridad, dada la antigüedad del local, no se les permitió la entrada. Almunia, visiblemente satisfecho, salió a saludarles desde el balcón, entre el entusiasmo de la multitud.Aunque el dirigente socialista dedicó buena parte de su discurso a exponer su programa electoral en materia de infraestructura -algo especialmente adecuado en una provincia con graves problemas de comunicación por tren y carretera- la inesperada crisis de Gobierno le obligó a cambiar el guión.

Algo más grave que lo hasta ahora conocido debe existir, reflexionó, cuando un ministro ha dado "con la puerta en las narices" a quien le nombró. Ya antes del acto público, en declaraciones a los periodistas, subrayó que los modos de la dimisión de Pimentel no tienen precedentes en la democracia española. "Es la primera vez desde 1977 que un presidente se entera por la prensa de la dimisión de uno de sus ministros", dijo.

En el mitin, rechazó la excusa aducida por el Gobierno de que la empresa vinculada al director general de Migraciones, Juan Aycart, venía funcionando desde antes de 1996. "Nosotros no somos culpables", replicó, "de haber nombrado ministro a Javier Arenas, ni de que Aznar tenga ahora un problema doble porque Arenas es el secretario general del PP".

Volvió a exigir un debate cara a cara con el presidente del Gobierno, para que éste dé cuenta de su gestión y ambos puedan confrontar sus proyectos de futuro. "Yo me atrevo a ir a un debate con Aznar aunque lo modere Isabel San Sebastián", contestó a un asistente que mencionó el nombre de la periodista de Antena 3 que protagonizó un reciente altercado en directo con Alfonso Guerra.

Si se celebra este vis a vis con Aznar, aclaró Almunia, no tendría ningún inconveniente en celebrar otro debate a tres bandas con Francisco Frutos. Fue la única referencia a IU en una circunscripción en la que el PSOE aspira a arrancar un escaño al PP. En 1996, los populares obtuvieron tres diputados y los socialistas sólo uno, pero se quedaron a menos de 2.000 votos del segundo. Para conseguirlo ahora, necesitan atraerse a parte de los electores que hace cuatro años votaron a la coalición.

Previamente, en declaraciones a Radio España, Almunia subrayó que Aznar "miente" sobre la dimisión de Pimentel ya que el jefe del Ejecutivo "no ha exigido ninguna responsabilidad" al exministro. "En materia de exigencia de responsabilidades, quien tiene un cero absoluto es él", añadió. El líder socialista recordó que en "épocas del PSOE hubo varios ministros que, asumiendo su responsabilidad, se marcharon". Y se mostró convencido de que Pimentel no reveló a Aznar su intención de dimitir para "evitar que el presidente le echara todo el marrón".

Otros dirigentes socialistas también aludieron a este asunto. Para Alfonso Perales, la dimisión de Pimentel supone "el hundimiento de la flotilla centrista del PP". Y Juan Manuel Eguiagaray señaló que Pimentel "ha dado un portazo al presidente del Gobierno y al PP".