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Halffter pide que se vaya al estreno de su 'Quijote' "duchado de prejuicios" El Real estrena mañana la ópera escenificada por Herbert Wernicke

Elsa Fernández-Santos

Una descomunal montaña de libros es el principal elemento escenográfico de Don Quijote, la ópera compuesta por Cristóbal Halffter que mañana se escuchará por primera vez en el Teatro Real. Con una puesta en escena a cargo del alemán Herbert Wernicke y dirigida por Pedro Halffter Caro, hijo del compositor, Halffter pidió ayer al "exigente" público del Real un solo favor para el estreno de su ópera: "Que vengan duchados de prejuicios".

Cuando sólo faltan unas horas para el estreno mundial de Don Quijote, todos sus responsables se reunieron ayer (y después de asistir a un ensayo general) en la sala de prensa del Teatro Real. Juan Cambreleng, gerente del teatro; Cristóbal Halffter, autor de la ópera; Andrés Amorós, autor del libreto: Herbert Wernicke, responsable de la escenografía, los figurines y la iluminación, y Pedro Halffter Caro, director musical. Todos coincidieron en afirmar que "el gran protagonista" de Don Quijote es su compositor, Cristóbal Halffter.La ópera, que ha contado con un presupuesto de 232 millones de pesetas y que se representará hasta el 7 de marzo, está estructurada en un prólogo y seis escenas. Interpretada sin pausa, su breve final (la quema sobre el escenario de la montaña de libros) fue ayer calificado por todos de "espectacular". "Es una quema de libros que yo como alemán sé lo que significa", señala Herbert Wernicke.

"Los libros tienen en esta obra dos dimensiones, la puramente literaria y la política", añade el escenógrafo, que entre sus próximos proyectos están Los Troyanos, de Berlioz, para el Festival de Salzburgo, y Tristán e Isolda, de Wagner, para el Covent Garden.

"La idea", agrega Wernicke, "siempre fue hacer un Don Quijote de hoy y para hoy. Lo primero que hicimos fue mirar a la gente de la calle para saber cómo se les podía hablar del mito. Éste no es el primer Quijote y sus intérpretes no son Sancho, Quijote y Dulcinea, son tres cantantes que juegan a serlo. Nosotros no hemos hecho El hombre de La Mancha, sino otra cosa".

"Este Quijote no es histórico ni arqueológico, es una versión libre", afirmó ayer el autor del libreto, Andrés Amorós. "Nuestras referencias han sido Kafka, Dostoievski y el Evangelio", explicó el escritor, que, en las 21 páginas de la quinta versión del libreto ha reunido el material que Halffter necesitaba para inspirar su partitura.

"Hace 30 años intenté hacerlo con Antonio Buero Vallejo; fue imposible porque no me dejó quitar ni una coma. Finalmente, aquel proyecto de libreto lo publico con el título de Mito", contó el compositor al explicar la necesidad de que el escritor esté al servicio de la música para poder trabajar.

Continuando con esta "eterna discusión", Herbert Wernicke se referió al "absurdo" de traducir a otro idioma el texto de la ópera y dijo: "La mayoría de los libretos suelen ser malos, son instrumentos que sólo sirven al compositor y para orientar un poco al espectador, pero nada más. El libreto es un instrumento para la fantasía musical del compositor. Por todo esto no soy partidario de la traducción de las óperas, los resultados suelen ser atroces. Tampoco soy muy partidario de la traducción simultánea, me parece un atraso que distrae a la audiencia del escenario. Lo ideal es el método del Metropolitan de Nueva York, donde cada butaca tiene una pantallita para que cada espectador pueda elegir si quiere o no leer el texto. Es caro, pero lo mejor".

Sin referencias

Para el director de orquesta Pedro Halffter Caro, que debutará en el Real con la ópera de su padre, lo más dificil de este trabajo ha sido "la falta de referencias acústicas". "Puedo tocar Don Quijote entero al piano", señaló el joven director, mientras su padre añadía: "Es la persona que mejor conoce la partitura, la he escrito para él, no se me ocurre nadie mejor para esta partitura".

Don Quijote se representará en el Teatro Real los días 23, 25, 27 y 29 de febrero y el 1, 3, 5 y 7 de marzo. Aunque la mayoría de las entradas se agotaron los primeros días de venta, todavía quedan en la taquilla del teatro algunas localidades de visibilidad reducida o nula, cuyo precio mínimo son 2.000 pesetas.

2.000 signos

El Don Quijote, de Cristóbal Halffter tiene 2.000 signos. "Escribir una sola página de esta ópera me ha podido llevar de dos a tres días de trabajo. Están hechas a mano y algunas de ellas apenas duran tres segundos", explica el compositor, que el próximo 24 de marzo cumple 70 años.

La partitura de Don Quijote tiene 252 páginas, y Pedro Halffter Caro asegura que para esta ópera se ha construido un atril nuevo, "mucho más grande de lo normal", por el tamaño de cada página. "Me sé cada signo de memoria", señala el hijo del compositor, que asegura que no le ha preguntado nada a su padre, porque "todo está en la partitura", y que ayer advirtió: "Que nadie busque sonidos nuevos ni nada parecido. Stravinski no se inventó ni un solo sonido para La consagración de la primavera, no rompió ninguna cuerda, y es genial. No hay que inventar nada nuevo sino saber utilizar y mezclar los elementos de siempre".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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