El guardián de las pensiones
Juan Carlos Aparicio es un firme defensor del sistema público de pensiones, o al menos ésa es la imagen que ha transmitido en su trayectoria de los últimos cuatro años al frente de la Secretaría de Estado de la Seguridad Social. Una gestión impecable y con un balance que ha culminado con el logro histórico del equilibrio presupuestario en 1999, y con la previsión de lograr superávit este año 2000.Para esa tarea tuvo un buen rodaje al ser, en 1995, uno de los representantes del PP, junto a Rodolfo Martín Villa, que negoció el Pacto de Toledo, en un largo retiro con los negociadores del resto de los partidos políticos en el parador de la ciudad castellano-manchega. De allí salieron unos compromisos definitivos: la Seguridad Social pública es viable, hay que adoptar decisiones para garantizar su continuidad y el tema de las pensiones debe quedar fuera de la contienda entre los partidos.
Este último punto ha atravesado momentos de peligro, pero la ley que desarrolló ese pacto, avalada por los sindicatos UGT y CCOO y no por la patronal CEOE, ha contribuido a que la Seguridad Social goce de esa situación de equilibrio. El crecimiento económico y la creación de empleo han sido definitivos también para que Aparicio cierre esta etapa con un aumento de 1,1 millones de trabajadores cotizantes, a fin de cuentas la vía por la que se pagan y garantizan las pensiones.
Como ministro de Trabajo, va a tener un mandato de semanas si el PP no revalida la mayoría en las elecciones del 12 de marzo. Si la confirma, Aparicio seguirá previsiblemente en la cartera que ha ocupado por la huida de Manuel Pimentel. Ayer, el nuevo ministro afirmaba que no le ha puesto ninguna condición a José María Aznar para aceptar la cartera en vísperas de las elecciones. Seguramente será así como una prueba más de su fidelidad a Aznar y de su estrecha relación, que se inició cuando éste era presidente de la Junta de Castilla-León, y Aparicio su vicepresidente y consejero de Presidencia y Administración Territorial.
En esa comunidad autónoma inició su carrera política, en 1983, cuando tenía 27 años, como procurador de las Cortes de Castilla-León. Ahora, asume la cartera de Trabajo con 44 años, y sigue en actividades bien diferentes a su licenciatura de Ciencias Químicas. En cambio, sí encuentra algunos ratos para dedicar a su hobby de pintor, y para estar con su mujer, Paloma, y sus tres hijos, que siguen viviendo en Burgos, tierra por la que se presenta a las elecciones como cabeza de lista del Partido Popular.
Aparicio tiene un peculiar sentido del humor, que le ha servido para sortear situaciones complejas cuando, por sus características físicas, le han confundido con un ciudadano abisinio o de otras zonas norteafricanas. Las anécdotas vividas las cuenta él mismo con mucha guasa.
Hace unos meses, sacó de su error al Rey cuando lo identificó con otros miembros de una delegación de Marruecos y sorprendió a Don Juan Carlos al afirmar, en perfecto castellano de Burgos: "Majestad, soy Juan Carlos Aparicio, responsable de la Seguridad Social española".
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