La Seguridad Social acaba por primera vez un año con equilibrio presupuestario
El Ministerio de Economía presentó ayer un primer avance de los resultados presupuestarios del pasado año, que se cerró con un equilibrio entre ingresos y gastos para la Seguridad Social. El conjunto de las administraciones públicas (Estado, Seguridad Social, comunidades autónomas y ayuntamientos) registró un déficit del 1,3% del PIB, un punto menos que el año anterior. No obstante, Economía ha revisado al alza la cifra de 1998, que en principio se situó en el 1,8% del PIB, al aplicar los nuevos criterios contables (SEC-95).
Las previsiones para la Seguridad Social situaban el déficit de este organismo en el 0,1% del PIB, pero finalmente se ha conseguido en 1999 el equilibrio entre ingresos y gastos. El ejercicio ha resultado así mejor de lo previsto, ya que se estimaba que los ingresos por cotizaciones crecerían un 5,5% y el ritmo alcanzado superó el 9%. Además, los 66.500 millones de pesetas que se han tenido que pagar a los pensionistas por la desviación del IPC de 1999 se han cargado a los Presupuestos del año 2000. Pese a que la obligación se generó el pasado año, en otras ocasiones que ha ocurrido lo mismo se ha recogido como gasto al año siguiente, cuando se efectúa la paga, según asegura el Ministerio de Economía.
El conjunto de las Administraciones públicas, que incluye al Estado, la Seguridad Social, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, han cerrado el año también mejor de lo previsto. El déficit en contabilidad nacional (derechos de cobro menos obligaciones de pago), se ha situado en el 1,3% del PIB, cuando lo previsto era un 1,6%. El déficit del Estado ha sido del 1,1% del PIB y las dos décimas restantes corresponden a las administraciones territoriales.
No obstante, ayer, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, dijo en Almería que la cifra podría ser finalmente inferior. El 1,3% figura en el informe trimestral de coyuntura del Ministerio de Economía, publicado ayer, pero la semana próxima se darán a conocer las cifras más ajustadas. Se esperará para ello a que el Instituto Nacional de Estadística (INE) dé a conocer el crecimiento económico de 1999.
En el informe de Economía se revisa, por otra parte, el resultado del déficit público de 1998. La Intervención General de la Administración del Estado dio para ese ejercicio un déficit del 1,8% del PIB, pero ayer se conoció que el déficit de ese año fue del 2,3%. La diferencia consiste en que se han aplicado los nuevos criterios contables (SEC-95) que implican, entre otras cosas, una nueva forma de consignar los gastos por intereses de la deuda pública.
Un 3,7% de crecimiento
A la espera de que el INE publique la próxima semana los datos de crecimiento económico relativos a 1999, el Ministerio de Economía estima que podría haberse situado en el 3,7% en media anual, una décima menos de lo inicialmente previsto en los Presupuestos y por debajo del 4% de un año antes. No obstante, esa cifra de 1999 después se revisó a la baja, hasta el 3,7%, lo que coincide también con la estimación del Banco de España.
El ejercicio se ha caracterizado, según Economía, por un fuerte impulso de la demanda interna (consumo e inversión), que ha cedido un poco de terreno en la segunda parte del año. El crecimiento de la demanda interna esperado alcanza el 5% del PIB, igual que el año anterior.
Economía estima que la tendencia a la desaceleración del consumo "se prolongue en los próximos meses", si bien mantendrá unos ritmos de crecimientos altos. Lo justifica en el avance del empleo, la incidencia de la reforma del IRPF en la renta disponible de las familias y el efecto riqueza derivado de las ganancias en Bolsa y el alza de los precios de las viviendas, así como los bajos tipos de interés. La tasa de ahorro ha seguido a la baja.
Al contrario, la demanda externa se ha recuperado algo en la segunda mitad del ejercicio, si bien se estima que su aportación al crecimiento económico será negativa en un 1,3% del PIB, frente a un 1% el año anterior.
Respecto de la inflación, que cerró el pasado año en un 2,9%, el informe de Economía lo atribuye a los componentes más inestables, en especial, los precios de la energía. "Resulta esencial", dice el informe, "que ese aumento a corto plazo de los precios no se traduzca en presiones inflacionistas generalizadas" y que "no desencadene unas excesivas reivindicaciones salariales". De lo contrario, añade, "se produciría un deterioro de la competitividad".
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