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Un murciano lee la tesis doctoral 48 años después de empezarla

Satisfecho y feliz por haber superado una prueba que empezó hace casi media centuria, Joaquín Sandoval Domenech, nacido hace 75 años en Alcoy (Alicante), paseaba ayer por las calles murcianas después de haber leído su tesis doctoral en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Murcia ante un tribunal que le otorgó la calificación de sobresaliente cum laude (con felicitaciones, en latín)."Al principio me he puesto un poco nervioso", reconocía este veterano químico recién investido como doctor, "hasta que he ido cogiendo el hilo y ya me he embalado". Una hora estuvo Joaquín Sandoval ante el tribunal que, presidido por el catedrático emérito de la Universidad de La Laguna (Tenerife) Agustín Arévalo, no dudó en formular algunas preguntas que encontraron la respuesta adecuada. "No me han puesto en ningún aprieto, sólo he tenido que centrar algunos aspectos del trabajo; al final he demostrado que sé más que ellos", contesta con cierta sorna este nuevo y a la vez veterano doctor en Ciencias Químicas, uno de los mejores conocedores del proceso de decoloración de aceites y otras grasas de España, objeto de la tesis, "sin que se molesten mis amigos del Instituto de la Grasa de Sevilla".

Ayuda familiar

Entre los asistentes a la lectura de un trabajo que Sandoval ha ido actualizando con la experiencia durante más de 40 años, se encontraban su esposa, la murciana "nacida en la Plaza de las Flores" Elvira Pérez, miembros de su numerosa familia (siete hijos y nueve nietos, "de momento", alguno de ellos colaborador de su padre o abuelo) y el que fuera el primer director del trabajo, el profesor jubilado Ginés Guzmán Giménez y el hijo de éste, el también profesor Ginés Guzmán Martínez-Valls, quien dirigió y animó a este antiguo profesor en la Escuela Industrial de Alcoy para que concluyera la tesis que había comenzado 48 años antes.

"La gente me ha encontrado alucinante, según me han dicho; no esperaban que estuviera tan bien en la controversia", dice Sandoval sobre lo que le han comentado familiares y amigos, algunos de estos compañeros de promoción que no quisieron perderse tan importante acontecimiento en la intensa carrera de este doctor cum laude ya jubilado, pero activo.

"Asesoro a amigos y empresas que me piden consejo, pertenezco a la Asociación de Tecnólogos de Valencia y participo en cursos de formación en Tecnología de los Alimentos", explica este hombre "con más moral que el Alcoyano" que hace más de 40 años concibió un proceso para acelerar la fermentación de aceitunas sin que el aceite pierda ninguna cualidad, procedimiento hoy extendido por todo el mundo. Después de 40 años trabajando e investigando sobre el preciado oro verde, Joaquín Sandoval ha demostrado que tiene muy bien engrasado su intelecto y que nunca es tarde para ser doctor.

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