_
_
_
_
SAN SEBASTIÁN

Fogosos novilleros

Los novillos de Ana María Bohórquez, con poca fuerza, resultaron manejables; el quinto toro se impuso al torero mexicano y lo mandó a la enfermería. Fernando Robleño es un novillero con muchos recursos. A su primer toro lo toreó a base de tandas de derechazos y naturales, con manoletinas como adorno. A su segundo volvió a torear con ambas manos, en esta ocasión con derechazos muy largos. Naturales a pies juntos y ayudados por alto. Tal vez adolece de jugar con demasiadas ventajas de cara al público.El torero mexicano José Orozco Jalisco es un buen capotero, como los de su geografía jalisciense. Toreó con un variado repertorio con el percal. Tiene una planta muy torera. Según contaban por el tendido, lleva viviendo en Sevilla tres años. Se le nota que hace un toreo muy español, de corte artístico, lo que pasa que está bastante verde todavía. En su segundo novillo estuvo a merced del animal. Toreó demasiado embarullado, porque no entendió que a ese novillo había que doblegarlo con la muleta y no torear al son que mandaba el toro. Lamentablemente, recibió un par de volteretas que le hicieron pasar a la enfermería, una vez que mató al morlaco.

Bohórquez / Robleño, Jalisco, Julia Novillos de Ana María Bohórquez, manejables, con poca fuerza; uno devuelto a los corrales por un pitón partido

Fernando Robleño: estocada (oreja); pinchazo, media estocada -aviso-, descabello (petición y vuelta). Jalisco: estocada (palmas); tres pinchazos, estocada (aplausos). Pasó a la enfermería por un varetazo. Rafael de Julia: cuatro pinchazos y 12 descabellos (pitos); estocada (petición y vuelta). Plaza de Illumbe, San Sebastián, 10 de febrero. III Encuentro Mundial de Novilleros. Menos de tres cuartos de entrada.

Rafael de Julia es otro buen capotero, pero tuvo el inconveniente de dejarse un novillo precioso, tanto de estampa como de embestida, por no saberle dar aire una vez que el animal salió del caballo. Se partió un pitón por no cuidar ese novillo, que era excelente. Quiso aprovechar el pitón derecho, el bueno, pero el público no estaba para perdonarle puesto que el novillo echaba sangre por ese pitón como un manantial. En su segundo volvió a torear muy bien con el capote. En la faena instrumentó tandas de derechazos y naturales, algunos de buena factura, y otros algo despegaditos. En muchos momentos aparentaba que era más torero de lo que realmente mostraba.

Este III Encuentro Mundial de Novilleros es una ocasión óptima para pulsar cómo puede venir la temporada de este año. O debería serlo. Los valores jóvenes aportan las ansias de ser figuras, y de ahí que en los quites se roben capotazos unos a otros. Pero eso está bien porque explica que quieren ser toreros y no desean desaprovechar cualquier instante que acaezca en la lidia.

De otro lado, también se les aprecia a estos jóvenes algunos aspectos de las picardías que llevan las figuras. Por ejemplo, el hacer de los novillos; en este caso, se estrellaron bastante continuamente contra los burladeros. De ahí que dos de ellos se partieran los pitones. Esto lo ven hacer a las figuras y, por ende, lo aplican para ellos mismos. Sin embargo, eso es justamente lo que no tienen que imitar de las figuras. Vale más que ellos pongan la emoción, el interés, las ansias de ser toreros sin pensar en lo que hacen las figuras. Importa que ellos sean figuras, por derecho. Las trampas vendrán más adelante, y serán imitados por nuevos jóvenes que aún están correteando con pantalón corto.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_