El Ayuntamiento de Banyoles repatriará a Botsuana al bosquimano disecado
El alcalde de Banyoles (Pla de l'Estany), Pere Bosch, anunció ayer que todos los grupos municipales representados en el Ayuntamiento de Banyoles (ERC, CiU, Plataforma y CMC) acordaron repatriar al guerrero bosquimano disecado del Museu Darder de esta localidad a su país de origen, Botsuana. Pese al acuerdo, la decisión de repatriar la polémica pieza museística deberá ser ratificada en un pleno municipal que se celebrará probablemente mañana.
La decisión se tomó en la reunión de la junta de portavoces de los grupos municipales, celebrada la noche del lunes en el Museo Arqueológico de Banyoles, aunque los concejales no llegaron a un acuerdo sobre el procedimiento a seguir para trasladar la figura hasta su tierra de origen. Por este motivo, los portavoces municipales reclamarán una reunión conjunta con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con el de Cultura para concretar los detalles de la operación de repatriación del guerrero bosquimano, para la cual ya se han realizado los primeros contactos. Por esta razón, el pleno municipal previsto para mañana podría aplazarse en espera de los resultados de la reunión con los representantes del Gobierno central. Al anunciar la decisión del consistorio, el alcalde Pere Bosch, de Esquerra Republicana (ERC), se mostró ayer "contento" por el consenso alcanzado por los distintos grupos municipales, aunque admitió que la Junta de Museos, formada por el propio alcalde y técnicos de museos de la población, se mantiene contraria a la repatriación del bosquimano disecado. En este sentido, Bosch, que en 1998 apoyó la campaña en contra de la repatriación de la figura, ha afirmado que la polémica ha dejado de ser una cuestión técnica para convertirse en un asunto "político".
El célebre y polémico negro de Banyoles es el cuerpo de un jefe tribal bechuano o bosquimano disecado hacia 1830 en África según las técnicas de taxidermia animal por los hermanos Verreaux, naturalistas franceses de prestigio. El cuerpo, tras diversas vicisitudes, fue a parar a manos de Francesc de A. Darder, que lo integró en su colección de curiosidades científicas, donada por su propietario a la ciudad de Banyoles.
La polémica sobre el bosquimano estalló en 1992, cuando Alphonse Arcelin, un médico de origen haitiano afincado en Cambrils, indignado al enterarse de la exhibición de este ejemplar humano de raza negra en un museo, inició una campaña de protesta que coincidió con la proyección mundial de Banyoles como subsede de los Juegos Olímpicos de Barcelona. PASA A LA PÁGINA 5
Países africanos enviarán delegaciones a las exequias del guerrero en Botsuana
VIENE DE LA PÁGINA 1 La ceremonia de desagravio al guerrero bosquimano se realizará en Botsuana en una fecha próxima, todavía por concretar, y contará con la presencia de delegaciones de numerosos estados africanos. Durante los casi nueve años que ha durado la polémica, un buen número de países han apoyado la campaña iniciada por Arcelin y han asegurado que si el entierro llegaba a realizarse enviarían al mismo sus delegaciones.
Arcelin se mostró ayer contento y esperanzado ante el inminente regreso del guerrero bosquimano, aunque, curado de espantos, admitía: "Hasta que no lo vea no lo creeré". Arcelin asegura que nunca llegó a rendirse y que jamás flaqueó en su empeño, puesto que se había fijado un plazo de "diez años" para conseguir que "el ser humano de Banyoles fuera enterrado".
Arcelín criticó las recientes declaraciones del delegado de Cultura de Girona, Joan Domènech, quien, a título personal, se mostró partidario de la exhibición del guerrero disecado. Domènech llegó a afirmar en una entrevista radiofónica que Arcelin le parecía un hombre obsesionado y "dolido por el hecho de ser negro". El médico de origen haitiano, que hace un año ganó una denuncia contra un periodista que escribió un artículo difamatorio, aseguró ayer que se considera insultado por el delegado de Cultura y añadió que sus declaraciones no parecen provenir de "un hombre de cultura". Arcelin confía poder asistir a la ceremonia que se celebrará en Botsuana, la antigua Bechuanalandia, un país políticamente estable que el mes de junio de 1997 accedió a organizar la inhumación del guerrero bosquimano.
En un acuerdo firmado entre la Organización para la Unidad Africana, que agrupa a 65 países, y el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, éste se comprometía a correr con todos los gastos del transporte del guerrero. No obstante, éstos se podrían reducir considerablemente si se acepta la propuesta de una compañía de pompas fúnebres que, con un objetivo publicitario, se ofreció a trasladar el cuerpo gratis.
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