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Ucrania promete cerrar este año la central nuclear de Chernóbil

Esta vez, la decisión es definitiva. O al menos eso fue lo que el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, le dijo al secretario norteamericano de Energía, Bill Richardson, cuando se entrevistó con él en Kiev el pasado sábado. La central nuclear de Chernóbil, escenario del mayor accidente en la historia de la energía atómica para usos pacíficos, dejará de funcionar este año y nunca más volverá a ponerse en marcha.Hablar de la central de Chernóbil a estas alturas es hacerlo del único de sus reactores todavía operativo: el número 3, con una potencia de 1.000 megavatios. La misma que tuvieron en su día los otros tres: el número 4, que saltó por los aires el 26 de abril de 1986; el número 2, que no volvió a conectarse tras un incendio ocurrido en octubre de 1991, y el número 1, que agotó su vida útil en 1997.

El portavoz de Kuchma, Alexandr Martinenko, anunció el sábado por la noche la "buena nueva", aunque no dijo la fecha exacta o aproximada de este año en que dejará de funcionar su último reactor operativo, que en los últimos años lleva más tiempo sometido a trabajos de reparación de sus numerosos fallos que produciendo energía. La última gran parada se produjo en julio de 1999, pero ha habido otras después. El pasado lunes se volvió a poner en marcha, pero un exceso de presión en las conducciones de agua obligó a desconectarlo de nuevo a las 24 horas.

Una bomba en potencia

Los directivos de la central no se cansan de asegurar que el reactor número 3 es totalmente seguro y que puede funcionar indefinidamente, incluso hasta el año 2011, si se acometen los oportunos trabajos de acondicionamiento y de sustitución de algunos elementos esenciales. Los expertos occidentales no lo ven tan claro y consideran que es una aterradora bomba atómica en potencia que debe desactivarse urgentemente.

El Gobierno de Ucrania ha venido utilizando la central (donde se genera tan sólo el 5% de la energía que se consume en el país) como moneda de cambio, incluso como instrumento de chantaje. La posición oficial ha venido siendo que se cerrará si hay una compensación consistente en los fondos necesarios para construir otros dos reactores en las centrales de Rivne y Jmelnitski.

Según aseguró Richardson en Kiev, EE UU va a hacer la mayor contribución de todos los países del G-7 a los trabajos de reparación del sarcófago que cubre el reactor, un proyecto de unos 100.000 millones de pesetas. Además estudiará la posibilidad de suministrar fuel a las centrales térmicas de la antigua república soviética para compensar la pérdida de energía. Richardson aseguró que su país participará activamente en una conferencia de países donantes que se celebrará el próximo mes de mayo en Alemania. Es en este país donde se presenta el principal escollo, ya que los verdes, socios de los socialdemócratas en el Gobierno, se oponen a soltar ni un marco para financiar proyectos nucleares.

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