La píldora abortiva se distribuirá en España a partir de hoy Muchos centros privados no podrán darla
La píldora abortiva, que permite abortar embarazos de hasta siete semanas sin pasar por el quirófano, empezará a distribuirse en España a partir de hoy. Las clínicas privadas, que realizan todos los abortos de ese plazo, creen que el requisito que les exige Sanidad de que cuenten con un servicio de farmacia propio o estén adscritos al de un hospital planteará muchas dificultades para la distribución del fármaco.
La Agencia Europea del Medicamento aprobó la RU-486 en ocho países, entre ellos España, en julio. En España es considerado de uso hospitalario, de ahí la exigencia del Ministerio de Sanidad. Pero la mayor parte de las clínicas privadas que hacen abortos quirúrgicos no cuentan con este servicio, por lo que deberán cumplir un nuevo trámite antes de poder recetarla, subrayó ayer la presidenta de la asociación que las agrupa, Consuelo Catalá. "Va a haber muchísimos problemas", vaticinó Catalá, que cree que las dificultades que se planteen en su distribución dependerán del "signo político" de la comunidad autónoma. "El Partido Popular tendrá que mojarse", sentenció la presidenta de las clínicas.
Estos centros han esperado durante años la llegada de la RU-486, que se utiliza en Francia desde 1988. Las fuerzas parlamentarias españolas, incluido el PP, aprobaron una proposición para facilitar la prescripción del medicamento siempre que el aborto se acogiera a uno de los supuestos legales (violación, riesgo para la salud de la madre o malformación del feto). Como la píldora no estaba aprobada en España, debía importarse caso por caso. Desde entonces y hasta hace un mes, sólo un médico pudo recetarla. Las clínicas aseguran haberla solicitado en, al menos, 36 ocasiones, pero se les denegó por carecer de farmacia. Este escollo ha sido superado ahora, ya que Sanidad permitirá que éstas actúen a través de uno de referencia. El laboratorio distribuidor confía en que no haya problemas.
El último trámite se cumplió el mes pasado, cuando se fijó el precio: 8.371 pesetas, de los más bajos de Europa. Para interrumpir un embarazo hay que ingerir tres comprimidos en una toma, así como otro medicamento entre 36 y 48 horas después. Habría que añadir el precio de los análisis y las consultas -una previa, otra para tomar el segundo fármaco, y una tercera, 10 días después, de seguimiento-.
La píldora será financiada públicamente, pero la Seguridad Social no se hará cargo si el aborto se hace en la red privada, y según Catalá, todos los de menos de siete semanas se hacen fuera de los hospitales públicos. De los 50.000 abortos legales que se hacen al año en España, el 65% interrumpe embarazos de ocho semanas o menos. Muchos de ellos podrán hacerse ahora sin intervención quirúrgica.
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