Padres y profesores se oponen al proyecto de fusión de dos colegios públicos de modelo A en Vitoria
El proyecto de fusionar dos centros públicos de modelo A de Vitoria, los colegios Santa María y Ramón Bajo, ha provocado un conflicto con el Departamento de Educación en el que se han involucrado padres, profesores, sindicatos y el propio alcalde de la ciudad. Todos ellos consideran que la medida pretende "marginar y crear un gueto" con el modelo en castellano, al unir dos de los centros públicos que concentran un mayor porcentaje alumnos gitanos y de origen extranjero. Educación sostiene que el único motivo de la fusión es el bajo número de alumnos de ambos colegios.
La medida que pretende imponer Educación a partir del próximo curso escolar consiste en la fusión de dos centros de enseñanza primaria que cuentan actualmente con 86 y 55 alumnos respectivamente. De esta manera, el colegio Santa María, situado en el ensanche de la ciudad, sería cerrado y sus alumnos se integrarían en Ramón Bajo, establecido en la parte más alta del Casco Viejo, una de las zonas socialmente más deprimidas de Vitoria. El delegado de Educación en Álava, Josu Gangoiti, justifica la medida por considerar que son centros "que comparten zona y modelo lingüístico, y además han contado con escasas matriculaciones en los últimos años". El motivo por el que se pretende realizar la fusión en dicha sentido es, según Gangoiti, que "el Casco Antiguo no se puede quedar sin un colegio de primaria". Desde que tuvieron conocimiento de las intenciones de la consejería, la asociación de padres de Santa María, en comunión con los profesores y el director, Carlos López, mostraron su negativa a matricular a sus hijos en Ramón Bajo. "En los últimos años hemos mantenido el número de alumnos y hasta ahora no se ha hecho nada", señala Blanca del Campo, de la Asociación de padres de alumnos (APA) de Santa María. "Lo entendemos como una marginación, porque más de la mitad de los escolares son de origen extranjero. Es una auténtica discriminación racial", dice Blanca del Campo.
Los padres destacan además que las condiciones de Ramón Bajo no son las óptimas para acoger a sus hijos, por contar con un patio de pequeñas dimensiones y hallarse en una zona de difícil acceso, y ya han manifestado su intención de no matricular a los niños en dicho colegio el curso próximo. El director de Santa María Carlos López, se ha posicionado de una manera clara junto a ellos y asegura estar "más con los padres que con Educación". "[El consejero de Educación] Oliveri sabe que cuando se fusionen los dos centros no se van a sumar ni plantillas ni alumnado, y acabarán ambos desapareciendo", indica. En los últimos días se han sumado a la polémica varios sindicatos como UGT y CC OO que han dicho que pedirán explicaciones al consejero, así como el alcalde de Vitoria, el popular Alfonso Alonso, quien ha asegurado que la medida trata de "marginar" al modelo A y ha solicitado una reunión con el consejero para conocer los extremos de la decisión.
"Fusión lógica"
Para Javier Setién, director del Ramón Bajo, la fusión es lógica y positiva. "Si seguimos con este número de alumnos estamos condenando a desaparecer, y desde hace dos o tres años este tipo de medidas son habituales", señala. Destaca que tanto su colegio como el Santa María son centros significados y de referencia en España en el campo de la integración de alumnos de origen foráneo. Niega rotundamente las deficiencias de espacio de su centro -"es un centro amplio y dotado de medios"- y entiende que la medida de Educación "es una cuestión de supervivencia para nosotros".
Tanto los padres de Santa María como los profesores y el director confían en que las cosas cambien antes de final de curso, y siguen realizando concentraciones semanales en la puerta del centro. "Los padres ya han dicho que no van a matricular a sus hijos en el Ramón Bajo, y lo harán en otros centros aunque estén más lejos", concluye Carlos López, "Por lo tanto, si cierran el colegio, al final van a tener que cerrar los dos".
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