Un avión afgano secuestrado despega de Moscú con destino a algún punto de Europa occidental
La compañía afgana Ariana no puede salir del espacio aéreo de su país. La ONU se lo tiene prohibido en el marco de las sanciones al régimen de los talibán por su rechazo a entregar a Osama Bin Laden, el millonario de origen saudí sospechoso de mover los hilos del terrorismo islámico internacional. Sin embargo, un comando de ocho individuos se saltó ayer el boicoteo al secuestrar un avión Boeing 727 que unía Kabul y la ciudad norteña de Mazar-i-Sharif. Los terroristas exigen la liberación de un ex gobernador regional encarcelado. Anoche despegaron de Moscú con unos 160 rehenes y un plan de vuelo para Europa occidental, tras liberar en diferentes escalas a 23 personas.
Esta madrugada, el aparato había abandonado el espacio aéreo ruso sin que se conociera su destino exacto -primero se mencionó Londres, pero luego las posibilidades se ampliaron a París, Francfort y Madrid-, ni el número real de personas que se encontraban a bordo. De acuerdo con el portavoz del Servicio Federal de Seguridad ruso, general Alexander Zdanóvich, citado por la agencia Reuters, el apartao aterrizó en Moscú con 181 ocupantes, cifra que coincide con el número de comidas subidas a bordo durante la escala. Diez rehenes fueron liberados en Moscú antes de que el Boeing despegara de nuevo. Sin embargo, informaciones anteriores aseguraban que el vuelo se inició con 186 personas, incluidos los secuestradores y la tripulación. El aparato se dirigió primero a Tashkent, capital de la república ex soviética de Uzbekistán. En esa breve escala técnica, el comando liberó a 10 de los ocupantes del aparato, incluidos cinco mujeres y un niño. Luego continuó vuelo hacia Aktiúbinsk, una ciudad de Kazajistán, también en el Asia Central de la antigua URSS. Allí, rodeado por un espectacular dispositivo de seguridad, se reparó un pequeño problema técnico, se facilitaron alimentos, se llenaron los tanques de combustible y se prestó asistencia médica a un pasajero con problemas cardiacos. Éste y otros dos fueron liberados.
A las ocho de la tarde, hora peninsular española, aterrizó en Moscú. Para entonces, la incógnita sobre las intenciones de los secuestradores persistía, y no había confirmación plena de que su objetivo fuese el anunciado antes por la Agencia de Prensa Islámica afgana: arrancar a los talibán la liberación de Ismaíl Jan, que fue gobernador de la provincia de Herat hasta que el movimiento islámico radical le capturó hace dos años, en plena guerra civil.
Jan, objeto de una investigación en Kandahar, la antigua capital afgana en la que se encuentra el cuartel general de los talibán, combatió contra los rusos con el nombre de guerra de Capitán Ismaíl y fue nombrado gobernador de Herat durante la presidencia de Burhanudin Rabani. En la última fase de la guerra civil interislámica que sucedió a la librada contra Moscú se enfrentó a los talibán.
Según la citada agencia afgana, el comando está formado por seis individuos armados con pistolas, cuchillos y granadas de mano. Sin embargo, uno de los pasajeros liberados en Tashkent informó a un corresponsal en la capital uzbeka de la agencia rusa Itar-Tass de que eran al menos ocho. Las autoridades rusas trataban anoche de confirmar este dato y conocer otros detalles a través de uno de los pasajeros liberados que hablaba un buen ruso.
"Cualquier información que consigamos la transmitiresmos de inmediato a nuestros colegas de los países europeos en caso de que el avión aterrice allí", manifestó Zdanóvich.
La oposición a los talibán, que apenas si controla el 10% del territorio afgano, negó ayer toda relación con los hechos, aunque uno de sus portavoces identificó al jefe del comando secuestrador como un disidente afgano llamado Gula Ajha. Ninguna otra fuente confirmó este dato. Según Zdanóvich, los piratas no pidieron más que comida, combustible y cartas de navegación.
Más información sobre el movimiento talibán en http://www.ummah.net/taliban y sobre la oposición en www.yamiat.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.