El consumo de drogas disminuye desde 1997, pero crece el hábito de mezclar sustancias

El alcohol y el tabaco siguen siendo con diferencia las drogas favoritas de los españoles, y ello pese a que en 1999 fumaron un 1,2% menos y bebieron un 3% menos de los ciudadanos que en 1997. El consumo de drogas ilegales también disminuyó ligeramente durante los dos últimos años. En cambio, en los 30 días anteriores a que se realizara la Encuesta Domiciliaria sobre el Consumo de Drogas de 1999 un 62% de entre quienes tomaron estas sustancias combinaron dos o más de ellas, frente a un promedio del 40% de quienes sólo consumieron un producto.

Muy por detrás de los aficionados a las drogas legales están los que consumieron estupefacientes ilegales durante 1999. Un 6,8% de los españoles fumaron cannabis (frente al 7,5% de los que lo hicieron en 1997); un 3,1% inhaló cocaína (prácticamente la misma proporción que hace dos años) y el consumo de anfetaminas bajó del 2,6% al 2,2% de la población.Para el resto de las drogas estudiadas en la encuesta que presentó ayer en Madrid el responsable del Plan Nacional Sobre Drogas, Gonzalo Robles, los porcentajes de consumo durante el último año son los que se ven en el cuadro. Tan sólo un 18,4 de los 12.488 entrevistados respondió que no había probado ninguna clase de droga durante los 12 meses anteriores.

Mezclas recreativas

En lo que se refiere al consumo múltiple, los que prefieren las tres sustancias más frecuentes, alcohol, tabaco y hachís, tienden en más de un 80% a mezclarlas. Otro grupo lo forman quienes se consideran principalmente adictos a las drogas llamadas recreativas, que suelen combinar. Sin dejar de fumar (tabaco o hachís), o de beber, entre ellos se dan elevados porcentajes de ingesta simultánea de cocaína y anfetaminas (un 34,5%), éxtasis y cocaína (más del 50%) o éxtasis y anfetaminas (el 47%).

Un caso aparte de los politoxicómanos -que consumen varias drogas- son los heroinómanos, que toman de todo. Más de un 50% de ellos mezcla caballo con alcohol, cocaína, tabaco, marihuana, anfetaminas, alucinógenos, éxtasis, o varios de estos productos a la vez.

Por edades, casi la mitad de los menores de 19 años fuma tabaco. Esta proporción va aumentando por grupos de edad hasta un máximo del 76,5% de las personas que tienen entre 35 y 39 años. Entre los mayores de 40, que forman un sólo tramo de población en la encuesta, el porcentaje de los no fumadores es del 38,7%.

Tres cuartas partes de los menores de 20 años bebe alcohol. Aquellos con edades comprendidas entre los 20 y 24 años son los más aficionados al éxtasis, a la cocaína y a las anfetaminas. Los que más tranquilizantes toman son los mayores de 39 años.

La estadística muestra que aumenta la conciencia sobre las complicaciones que pueden suponer las drogas. Crece el número de quienes creen que algunas de las sustancias estudiadas traen "muchos problemas". Así, un 91,9% opina que la heroína es peligrosa (frente a un 89,5% que lo pensaba en 1997). Lo menos perjudicial según los encuestados es el alcohol: sólo un 21,1% afirma que tomar 5 o 6 cañas en un fin de semana puede ser malo.

El menor consumo se refleja en la sensación de seguridad que tienen los ciudadanos: un 91,7% opina que la delincuencia por drogas es un problema en alguna medida en su barrio, mientras que quienes pensaban así en 1997 eran un 94,1%. En cambio, cada vez son menos los que creen que les sería muy difícil o imposible obtener alguna de estas sustancias.

La encuesta también estudia las opiniones de la gente sobre qué hacer para disminuir la adicción [ver cuadro]. Lo menos popular son las leyes restrictivas (un 70% de partidarios), y lo más, la educación.