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REACCIÓN INTERNACIONAL CONTRA AUSTRIA

Un exresponsable de la CDU dice que el partido recibió donaciones de la multinacional Siemens

La Unión Cristiana Democrática (CDU) prosiguió ayer en el muy particular haraquiri de "esclarecer completamente" su sistema de financiación ilegal y reveló el contenido de las últimas declaraciones de sus ex tesoreros y asesores, quienes estuvieron a cargo de una verdadera maraña: cuentas del partido federal en Suiza y Liechtenstein a lo largo de los años setenta y ochenta, donaciones de Siemens e intensa recogida de fondos por parte del excanciller Helmut Kohl. Ante las contradicciones entre los implicados, la CDU ha decidido ceder el paso a la fiscalía.Los nuevos detalles del sistema de financiación ilegal fueron dados a conocer ayer en una conferencia de prensa en la antigua capital, Bonn, y se basan en las declaraciones, en parte juradas, de Horst Weyrauch, ex asesor fiscal; su encargado de negocios Uwe Lüthje, y el también ex tesorero Walther Leisler Kiep. Desde los años setenta y hasta entrados los noventa, los tres estuvieron al frente de un sistema de financiación ilegal cuyo descubrimiento, a partir de noviembre pasado, ha arrojado a un profundo pozo a la CDU y puesto en entredicho el papel histórico de su presidente durante 25 años, Helmut Kohl.

El cuadro que dejan las revelaciones es sombrío "y supera lo que hasta hace poco nos imaginábamos", como ayer volvieron a sostener al unísono Wolfgang Schäuble, presidente de la CDU, y Angela Merkel, secretaria general del partido. "Hemos roto el cartel del silencio", declaró Schäuble, quien no quiso confirmar si se presentará en abril a la reelección.

Los democristianos desde antes de 1971 mantuvieron cuentas secretas en Suiza y Luxemburgo para depositar los fondos de la Staatsbürgerliche Vereinigung, una asociación tapadera con la que miembros de la Unión de Industriales Alemanes (BDI) financiaban sobre todo a la CDU.

La cooperación con la Staatsbürgerliche Vereinigung habría terminado en 1979, pero las cuentas se mantuvieron abiertas para otro tipo de fondos, entre ellos quizá también donaciones de entre cinco y seis millones de marcos (más de 400 millones de pesetas) de la multinacional Siemens, tal y como sostiene Uwe Lüthje en contra de las negativas de Kiep y de la misma Siemens. Estas cuentas -gestionadas por una fundación expresamente creada para ello, Norfolk, en Liechtenstein- fueron cerradas en julio de 1992, cuando Kiep dejó su cargo de tesorero de la CDU (y el saldo de 1,5 millones de francos suizos, supuestamente, fue repartido entre Weyrauch, Lüthje y Kiep).

La documentación sobre estas cuentas -guardada en una caja fuerte en Suiza- fue destruida ese mismo año, presuntamente con el consentimiento de Kohl, quien habría creído que se trataba de los extractos bancarios sobre la financiación secreta a los partidos democráticos en España y Portugal. Este apoyo, proveniente del presupuesto del servicio secreto BND, había sido decidido por el Gobierno socialdemócrata de Helmut Schmidt y finalizado cuando Kohl asumió el poder en 1982. Hasta entonces, la cancillería repartió hasta 40 millones de marcos (3.400 millones de pesetas) a los partidos representados en el Bundestag para que éstos los transmitieran a las agrupaciones políticas aliadas en la península Ibérica contrarias al comunismo. Los democristianos alemanes optaron por depositar temporalmente este dinero en una cuenta en Luxemburgo.

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