_
_
_
_

Unos 'niñatos' atemorizan Getxo

A veces entran en los establecimientos; otras no es necesario. Les basta con utilizar los códigos conocidos: se colocan en el exterior o pegan su rostro al cristal. Es suficiente. Los comerciantes se dan por enterados y cierran las tiendas. "No se puede hacer nada y hay que callarse por miedo ante unos niñatos de mierda". María Dolores está indignada. Es la propietaria de Detalles, un establecimiento de, en el centro de la localidad y su principal zona comercial. No es la única persona que expresa su indignación por unas situaciones que se han hecho costumbre. Cerca de una decena de comerciantes de Algorta consultados coinciden con María Dolores. Varios utilizan expresiones aún más contundentes.Es jueves por la mañana. Ha pasado una semana desde la jornada de huelga general convocada por Euskal Herritarrok (EH), que obligó al cierre de comercios. El tiempo ha limpiado las pintadas de la jornada, pero no ha logrado borrar el enfado de los comerciantes. "El día anterior ya estaban metiendo miedo. No se puede comprender cómo actúan a plena luz del día tan impunemente. Si yo me pongo con una pancarta a protestar por los impuestos, seguro que me detienen. Y a estos no les pasa nada. Parece que la Ertzaintza y la Policía Municipal se van en otra dirección cuando les ven", se queja la comerciante, que termina reconociendo que "el problema" es de difícil solución.

Getxo se ha convertido últimamente en el municipio del País Vasco donde la violencia callejera golpea más fuerte. Y aunque los comerciantes conciden en que les afecta fundamentalmente con motivo de las convocatorias de huelga y jornadas de lucha, están hartos de aguantar. "Cuando les da por quemar cajeros y arrojar cócteles nos dejan tranquilos, pero en cuanto convocan una huelga estamos perdidos. Somos sus víctimas. Qué risa me da cuando dice el alcalde que nos hagamos los fuertes delante de los provocadores. A él le querría yo ver aquí", comenta otro comerciante que, al igual que otros, pide no ser identificado y, como todos, rechaza ser fotografiado.

José Almeida es gerente de la asociación Comercios Unidos de Getxo, que agrupa a medio millar de establecimientos. No oculta que las amenazas de cierre que sufrieron algunos comerciantes la semana pasada y que ha generado polémica con el Ayuntamiento le ha afectado. "Cuesta entender por qué ocurren estas cosas. No es lógico que estén todos los comercios abiertos y los del centro de Algorta tengan que cerrar por presiones. En el resto del pueblo y en Las Arenas no pasa nada. Alguna medida habría que tomar", arguye.

Ana Basilio, ex presidenta de la misma agrupación y propietaria de un comercio en Las Arenas desde hace 23 años, está de acuerdo. "No tiene nada que ver lo que ocurre en Algorta y también en Romo, con Las Arenas, donde no pasa nada". La única experiencia negativa que tuvo ella fue hace algunos años, con motivo de una huelga general. Entró un piquete informativo en su tienda, Basilio les escuchó y respondió: "Gracias, pero no estoy de acuerdo y no voy a cerrar". Unos minutos después los huelguistas volvieron, pero esta vez el número era mayor. Le preguntaron si estaba informada y reiteró sus palabras. Se marcharon. "Me temblaban las piernas y llamé inmeditamente a la Ertzaintza; a los cinco minutos, una patrulla paseaba por mi puerta". Nunca más han regresado, recuerda.

Con un plano

Pablo A. es un joven óptico que trabaja en un establecimiento del centro de Algorta. No le gusta tener que cerrar por coacciones. Sin embargo, prefiere buscar soluciones que lanzarse a la crítica. "Los piquetes vienen por la mañana y montan el lío para salir en la foto. O cierras o te enfrentas, y eso es imposible en solitario. Si los comerciantes nos pusiéramos de acuerdo, podríamos abrir por la tarde. Yo creo que tendríamos que reunirnos para tomar alguna medida. Algo se podría hacer", propone escuetamente antes de volver al trabajo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Un comerciante de la calle Torrente sólo quiere decir una frase: "Vienen con plano y apuntando a los que abren". Uno de los cinco trabajadores de Tintorerías Areilza en la calle Juan Bautista Zabala también es expresivo: "Tienes que cerrar por cojones". El joven argumenta que para qué van a abrir a las nueve de la mañana si a las diez tienen que cerrar. "Nosotros ni venimos". La sensación general es de rabia y conformidad. "Y todo por unos niñatos de mierda".

"Aún estamos limpiando"

El único establecimiento no bancario que resultó dañado con motivo de la convocatoria de la huelga general de EH fue la sucursal que Viajes Ecuador tiene en la calle Juan Bautista Zabala de Algorta. Los violentos arrojaron gasolina sobre la puerta hacia las tres y media de la tarde del día 26 y luego se dieron a la fuga. Mikel, uno de los trabajadores, encontró el establecimiento oscuro por el humo. "Volví de comer y me encontré con la fachada negra. Pensé que habían arrojado un cóctel y que todo estaba quemado. Sólo prendió el felpudo. Todavía andamos limpiando". Los violentos lanzaron su aviso la víspera de la convocatoria. El mismo día, unos quince encapuchados atacaron con artefactos incendiarios, y a plena luz del día, nueve oficinas bancarias en Algorta. No se produjeron detenciones. El consejero del Interior, Javier Balza, prevé comparecer el próximo jueves en el Parlamento vasco para responder sobre los hechos violentos. Balza dará a conocer el número de actos de kale borroka que se registraron en Getxo el pasado año (25). En lo que va de año, ya se han producido 11.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_