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El "imposible" hallazgo de Velázquez

La Consejería de Educación reconoce en un informe que no podrá encontrar los restos del artista sevillano

Vicente G. Olaya

Los restos del pintor Diego de Silva y Velázquez siguen bajo la plaza de Ramales, pero su "hallazgo es imposible". Así lo afirma un informe firmado por los historiadores de la Consejería de Educación. De esta manera, la búsqueda de los restos del pintor, emprendida por la Dirección General de Patrimonio en 1997, toma un giro definitivo: el osario de Velázquez se da por desaparecido para siempre, aunque la excavación de la iglesia donde fue enterrado se reemprenderá el próximo día 14 para conocer mejor uno de los templos más antiguos de Madrid.El estudio sobre la ubicación de los restos, que ha requerido ocho meses de trabajo, recuerda que el pintor y su esposa, Juana Pacheco, fueron enterrados en la "`bóveda" de la iglesia de San Juan el 7 y el 14 de agosto de 1660, respectivamente. Pero el templo fue derribado por decisión de José Bonaparte en 1810, que abrió en ese lugar la plaza de Ramales. Bajo ella, según los estudios, sigue el osario del artista.

La cripta en la que se inhumó a Velázquez pertenecía a Gaspar de Fuensalida, notable de la época y amigo personal suyo. Los historiadores aseguran que la cripta o criptas que poseía esta familia fueron legadas a una hermana de Fuensalida, "por lo que debieron ser usadas con relativa frecuencia, y existen posibilidades de que se hiciesen reducciones de restos por parte de los [nuevos] propietarios".

Los expertos rechazan la hipótesis de que los restos del pintor fueran llevados, junto con los de Fuensalida, al monasterio de La Cabrera, tal y como afirmaban otros expertos basándose en un testamento firmado el 23 de agosto de 1647. Según Educación, estas últimas voluntades quedaron invalidadas por un testamento posterior dictado el 11 de junio de 1663, donde no se hacía mención al traslado a La Cabrera. Por tanto, "cualesquiera que hubieran sido las cláusulas de cualquiera de los testamentos anteriores, quedaron invalidadas el 20 de diciembre de 1664", dice el informe.

Se rechaza igualmente que la momia encontrada en el céntrico monasterio de San Plácido pueda corresponder a Velázquez. Los defensores de esta hipótesis -el Ministerio de Cultura- basaba su argumentación en el hecho de que Fuensalida prestó al cenobio 33.000 reales, y por eso las monjas que lo habitaban permitieron su enterramiento en el convento, junto con Velázquez. Para los historiadores de Educación, "la relación entre Gaspar de Fuensalida y el monasterio de San Plácido existió indudablemente, pero en sentido contrario". Y explican: "Lo que Gaspar de Fuensalida y su mujer hicieron el 2 de septiembre de 1644 fue liquidar un préstamo de 33.000 reales que habían contraído con el monasterio. [Por tanto], no hay relación de patronato alguno, como se que ha querido mantener".

¿Pero qué pasó entonces con los restos de pintor? Según el informe, José Bonaparte ordenó el 8 de marzo de 1809 "recoger los restos mortales de las personas ilustres" distribuidos por las ciudades para llevarlos a enterramientos más dignos. Pero la orden nunca se cumplió en el caso del pintor, porque en 1728 el cura párroco de San Juan había ordenado solar la nave central. "Si existía lápida alguna de Diego de Silva [en 1809], hacía ya muchos años que había desaparecido".

No obstante, cuatro veces se ha intentado recuperar los restos: en 1845, 1899, 1942 y 1960. Según los historiadores, en estas excavaciones no existió "rigor ni método arqueológico", pues no se ha hallado ni "la más nimia noticia escrita que describa el planteamiento, ritmo y resultado de los trabajos".

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Por ello "cabe pensar que el hallazgo es imposible". No obstante, señalan, "la última palabra no está dicha", ya que se desconoce qué puede "deparar la estratigrafía conservada bajo la plaza". "En todo caso", terminan, "lo conservado sería la parte más significativa de la capilla mayor, las naves del templo y gran número de capillas. Y hasta ahora lo único evidente es que Velázquez sigue allí donde fue enterrado en la noche del 7 de agosto de 1660".

La iglesia desconocida

La iglesia de San Juan es una de las grandes desconocidas de la historia de Madrid. Se ignora cuándo fue construida, aunque ya se habla de ella en el fuero de Madrid de 1202.Contaba con tres naves, capilla mayor con ábside semicircular, presbiterio, campanario y cementerios. Durante los siglos XV y XVI, las familias más pudientes de la villa la fueron ampliando con lujosas capillas. Los historiadores dicen que se mantenía gracias a las misas que encargaban los ricos y a la venta de sepulturas.Su desaparición está relacionada con la reforma de los distritos parroquiales que se llevaron a cabo a finales del siglo XVIII. En escaso espacio existían tres parroquias: la de Palacio, la adyacente de Santiago y la propia de San Juan. Finalmente se decidió unir las dos últimas. Pero en 1804, debido a su mal estado de conservación, Santiago se derrumbó. El obispado decidió entonces que San Juan, "mientras durasen las obras de reconstrucción" de Santiago, se convirtiese en iglesia parroquial de Santiago y San Juan.En agosto de 1810 se finalizó la restauración de Santiago. Fue decorada con las "imágenes, órgano, retablos, rejas, canceles, púlpito, barandillas, balcones, armarios, sagrarios y confesonarios" de San Juan.Una vez desmantelada San Juan, comenzó su derribo. En una certificación de mayo de 1811 se confirma que "fue la de San Juan ya demolida". El 23 de junio de 1811 se bendijo la nueva iglesia de Santiago. "Los dos antiguos templos de Santiago y San Juan habían desaparecido", concluye el informe.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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