La vía original y fecunda del pianista de jazz Brad Mehldau llega a España

Brad Mehldau ha conmocionado el mundillo del jazz con un lenguaje pianístico profundo, innovador y complejo. No es extraño que quienes tuvieron el privilegio de asistir al nacimiento artístico de Bill Evans, en los cincuenta, encuentren algún parecido entre ambos fenómenos: ahora, como entonces, se tiene la certeza de estar ante un artista que descubre una vía fecunda cuyo umbral nadie ha pisado. Mehldau inicia una gira por España.

Mehldau (Jacksonville, Florida, 1970) empezó a jugar con el teclado a los cuatro años. Desde el primer momento supo que la música iba a ser su medio ideal de expresión: "Tiene un grado de autonomía que no tienen las demás artes. No necesita referirse a nada concreto. Además, se mueve con el tiempo y puede basarse en la improvisación. Creo que es lo que más se parece a la vida. El público está justo ahí delante, y su conciencia y la tuya coinciden en un momento preciso".La escena española del jazz fue una de las primeras en saber que Mehldau iba camino de convertirse en un gigante del piano. Se le escuchó en vivo, junto a músicos de la tierra, en varias ciudades, y debutó como líder en los estudios con When I fall in love, grabado para el sello catalán Fresh Sound. Ya en aquel disco de 1993 (llamado a ser codiciada pieza de coleccionista) le acompañaba el extraordinario batería barcelonés Jorge Rossy, un feliz encuentro de almas gemelas. La incorporación del contrabajista Larry Grenadier, un sobrio torrente de energía controlada, cerró la plantilla de uno de los grandes tríos de la historia del jazz. Desde entonces, su entendimiento no ha cesado de crecer en imaginación, intensidad y pureza.

La labor conjunta está bien documentada en los cuatro volúmenes que hasta el momento integran la espléndida serie Art of the trio, pero Mehldau también ha querido probar la fórmula del solo absoluto. "Tocar en solitario concede mucha libertad, pero supone una responsabilidad añadida". A la confección de ese mapa mental contribuyen tanto las influencias de grupos de pop y rock como de compositores europeos, en especial Bach y los románticos alemanes. "Escucho todo tipo de música. Me gusta mucho el último disco de Massive Atack porque tiene una riqueza textural muy superior al resto de los grupos tecno. Y Beethoven hizo algo tan jazzístico como hacer música pensando no en los reyes o la Iglesia, sino en sí mismo, y eso es muy similar a cuando improvisas", añade.

El interés del pianista por la cultura germana trasciende lo musical, y con la ayuda de su novia, alemana, está estudiando para leer a Goethe y Mann en su idioma original. "En el mundo en que vivimos todo es relativo y resulta imposible que un criterio prevalezca sobre otro. Se tiene que fomentar la convivencia de ideas y personas. En el caso del jazz es cada vez más evidente que no se puede definir con un solo concepto, ya sea europeo, tradicional, vanguardista o gran música negra. Mi experiencia en el jazz es que la vanguardia defiende esa idea romántica de que hay que olvidar la noción de historia y de los puntos de partida; creo que conocer el pasado da libertad para crear en el presente".

Mehldau tocará el piano en Madrid hoy; en Salamanca mañana, el día 3 en Málaga; Barcelona (día 4); en Zaragoza el día 5, y acabará la gira en Murcia el 6.