El filósofo John R. Searle obtiene el Premio de Ensayo Jovellanos
La racionalidad es un hecho biológico, ligado a la facultad del lenguaje. Y a ello no es ajeno ni tan siquiera el altruismo, que surge del uso común y necesario de la racionalidad lingüística. Ésta es la tesis que el filósofo norteamericano John R. Searle, catedrático de Filosofía del Lenguaje y de la Mente de la Universidad de Berkeley (California, Estados Unidos), defiende en su obra Razones para actuar, con la que obtuvo ayer en Gijón el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, convocado por la editorial asturiana Nobel. Es la primera vez que este galardón, dotado con tres millones de pesetas -lo que le convierte en uno de los premios para obras de pensamiento con mayor remuneración-, recae en un autor extranjero desde su creación en 1995. Gurutz Jáuregui, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco, quedó finalista con su trabajo La democracia planetaria. El jurado estuvo presidido por Sabino Fernández Campo, ex jefe de la Casa del Rey.
John R. Searle (Denver, Colorado, 1932) se formó en las universidades de Wisconsin (Estados Unidos) y Oxford (Inglaterra), donde ejerció la docencia durante tres años, hasta su incorporación en 1959 al claustro de Berkeley (California), de cuyo Departamento de Filosofía fue director entre 1973 y 1975. Autor de la teoría de los actos de habla junto a John Austin, avanzó en la elaboración de una filosofía de la mente a partir de sus estudios sobre la intencionalidad y la conciencia, y ha acabado volcándose en el estudio de la conducta intencional colectiva, con planteamientos muchas veces polémicos y casi siempre iconoclastas, lo que no ha sido óbice para que esté ampliamente considerado como una autoridad en la materia y relevante filósofo del lenguaje.
Racionalidad
En la obra ahora galardonada, y que será editada por Nobel en los próximos meses, Searle sostiene que la racionalidad es un hecho biológico que depende del desarrollo superior del lenguaje, que se produce cuando el sujeto es capaz de usar esta facultad en primera persona para ordenar el tiempo y realizar así determinadas acciones.
El filósofo estadounidense, que niega el determinismo en las acciones del género humano, afirma que las razones para la acción y sus fines no existen con carácter previo y que es el propio individuo quien decide, en el curso de la acción, cuáles de los deseos, creencias, motivaciones... de que dispone de antemano se erigen en razones para actuar.
El catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad del País Vasco, Gurutuz Jáuregui, resultó finalista con su obra La democracia planetaria, en la que analiza críticamente los problemas de la extensión mundial del modelo democrático y la necesidad de redefinir el concepto de soberanía a partir de modelos transnacionales de gobierno democrático.
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