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Las abuelas de Elián se reúnen con él pero no pueden llevárselo a Cuba

Mariela Quintana y Raquel Rodríguez pudieron reunirse anoche a solas con su nieto, el niño balsero Elián González. A la emoción de las abuelas y el niño se sumó la tensión entre las ramas de la familia residentes en Cuba y Miami y una alta temperatura política. El régimen de Fidel Castro, desde Cuba, y el exilio anticastistra, rodeando la casa de la monja donde se celebró la entrevista, vigilaron en todo momento que la reunión no se les fuera de las manos.

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El encuentro, que duró unos noventa minutos, comenzó con un retraso de casi dos horas. Trasladadas desde Washington en el avión privado Learjet con el que viajan por Estados Unidos, Mariela Quintana y Raquel Rodríguez se negaron en el aeropuerto Opa-Locka, de Miami, a desplazarse hasta la vivienda de la monja Jeanne O'Laughlin hasta que no se cumplieran una serie de nuevas condiciones. Estas condiciones eran que no querían verse las caras con sus parientes de Miami -que albergan a Elián desde su rescate, en noviembre-, y que deseaban tener un teléfono móvil para que el niño pudiera hablar con su padre, Juan Miguel González, residente en Cuba. Lo primero fue arreglado del siguiente modo: las abuelas se vieron con Elián en el segundo piso de la casa de la monja, mientras Lázaro González, tío abuelo del niño balsero, y su hija Marisleysis aguardaron en el piso inferior hasta el final de la entrevista, cuando recogieron a Elián y se lo llevaron con ellos. El asunto de los teléfonos fue explosivo. El exilio cubano denunció que las abuelas querían ese instrumento para poder retransmitir el encuentro a la emisora cubana Radio Rebelde. Sin entrar o no en ese tema, el Gobierno de EEUU, organizador de la entrevista, prohibió que hubieran teléfonos durante la reunión de las abuelas con el niño. Para garantizarlo, todo el mundo fue registrado al entrar en la casa.

Tras un severo cordón policial, decenas de exiliados se concentraron de forma pacífica frente a la casa en Miami Beach de O'Laughlin, una monja dominica que colabora con el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) en casos dramáticos de inmigrantes ilegales latinoamericanos. "Quédense también aquí", gritaban los manifestantes a las abuelas. A la llegada del pequeño, una hora larga antes que las abuelas, habían jaleado: "Elián, amigo, el exilio está contigo".

Un proceso paralizado

"Tenemos derecho a ver al niño y llevárnoslo a Cuba", declaró Mariela Quintana, la abuela paterna de Elián González, al emprender viaje desde Washington a Miami. A diferencia del primer intento del lunes, las abuelas tenían asegurado esta vez un encuentro privado con su nieto. En uno de los raros gestos enérgicos del Gobierno de Estados Unidos en este culebrón, los familiares de Miami que acogen al niño balsero fueron obligados a llevarlo a un lugar neutral, para que viera a sus abuelas. Las abuelas, no obstante, no estaban autorizadas a quedarse con Elián porque hay dos iniciativas que paralizan en estos momentos el caso.

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Una es la apelación presentada ante un tribunal federal contra la decisión del INS de concederle la patria potestad del pequeño a su padre, Juan Miguel González. Otra es la voluntad de varios republicanos de que el Congreso de EEUU convierta a Elián en ciudadano norteamericano.

Aunque sus parientes en Miami esperaban en el primer piso de la residencia de Miami Beach para llevarse a Elián a su casa, las abuelas pudieron verse con su nieto a solas. Entretanto, la rama familiar de Miami, heridos porque Mariela y Raquel se negaran el lunes, en su primera visita a Miami, a verse con ellos y con Elián en su casa de la Pequeña Habana, afirmaron que el comportamiento y las palabras de las abuelas están "dictados por el régimen de Fidel Castro". Y reiteraron que defienden la permanencia de Elián en EEUU porque esa fue la voluntad de su madre, fallecida en su intento de huída de Cuba en una balsa.

En una conferencia de prensa celebrada en Washington, dos supervivientes de la horrible travesía en la que pereció la madre de Elián, Arianne Horta y Nivaldo Fernández, aseguraron que su último deseo fue que su hijo se quedara en EEUU. "La madre nos dijo: 'Si alguien se salva que se lleve al niño para EEUU", contó Ferández.

El martes, las abuelas hicieron campaña en el Congreso estadounidense a favor de que Elián vuelva a Cuba, con su padre y con ellas. Varios parlamentarios demócratas las atendieron con mucha simpatía. Sheila Jackson, demócrata de Texas, recordó que, cuando fue rescatado del mar, Elián fue capaz de dar el nombre y el teléfono cubano de su padre, una prueba de que siempre estuvo en contacto con él.

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