El Ejército de Ecuador eleva al poder a Noboa contra la voluntad de los instigadores del golpe
El hasta ayer vicepresidente es considerado por los indígenas el 'Judas del cuartelazo'
Derrocado el presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, por el golpe cívico-militar ejecutado en la mañana del viernes con la toma del Congreso, las Fuerzas Armadas impusieron al vicepresidente, Gustavo Noboa, como nuevo jefe del Ejecutivo contra la voluntad de quienes desencadenaron la insurrección: los movimientos indígenas liderados por Antonio Vargas y los coroneles Lucio Gutiérrez y Fausto Cobo. El Congreso, en una acalorada sesión, ratificó a Noboa con el voto favorable de 80 de los 93 diputados presentes en una Cámara de 123 legisladores.
Sometido también el Parlamento, a juzgar por la resolución aprobada, el vicepresidente pasó a presidente de conformidad con el artículo 167 de la Constitución, esto es "por abandono del cargo". El democristiano Mahuad, de 50 años, no abandonó voluntariamente la presidencia sino que fue echado de ella. Apenas pudo ejercer el cargo durante año y medio y sucumbió tumbado por los fracasos económicos, sociales y financieros de su administración. Ecuador ha tenido cinco presidente y una junta militar en tres años."El presidente está derrocado. No renuncia, pero no tiene los elementos para ejercer el cargo", declaró ayer por televisión. Tras calificar de "cantinflada" el golpe y los mecanismos empleados para expulsarle, agregó que "si el país puede volver a la democracia (...) y si esa forma es la con la asunción del presidente, Gustavo Noboa, ese es el camino que Ecuador debe seguir". Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE), no reconoció al nuevo jefe de Gobierno y anunció que las movilizaciones proseguirán hasta el final, hasta lograr los objetivos propuestos. La mayoría de los indígenas regresó a sus comunidades a la espera de una nueva convocatoria.
Un triunvirato había asumido la noche del viernes el Gobierno después del derrocamiento de Mahuad, pero su mandato duró tres horas porque el generalato de las tres armas, que en un principio participaba de esta Junta de Gobierno sediciosa, reconsideró sus posiciones y propuso la designación de Noboa para evitar el aislamiento internacional y un futuro nacional incierto. Mahuad, amigo del presidente saliente chileno, Eduardo Frei, buscó refugio en la Embajada de Chile, donde permaneció varias horas. Después esperó acontecimientos en un domicilio particular. En un momento dado, los militares le ofrecieron un avión para salir del país. Carlos Larreátegui, su portavoz, dijo que, a pesar de haber recibido una invitación para trasladarse a Santiago, permanecerá en Ecuador.
Todavía confusa la situación, Vargas arremetió contra Carlos Mendoza, cuya renuncia a formar parte del triunvirato, después de haber formado parte de este, precipitó el fracaso del golpe. "El ex general Mendoza traicionó al pueblo y al país porque juró delante de nosotros, ante la Junta de Altos Mandos Militares, ante el coronel compañero Lucio Gutiérrez". Otro jefe indígena, Salvador Quishpe, advirtió que Quito o en las respectivas comunidades, el levantamiento continuará.
El Congreso desarrolló ayer en Guayaquil un pleno extraordinario para abordar la situación de Ecuador, y ratificar al nuevo Gobernante mediante una singular interpretación de la Carta Magna. "A consecuencia de la actitud desestabilizadora de la democracia propiciada por algunos sectores", dice la resolución parlamentaria, "el presidente constitucional de la República, Jamil Mahuad Witt, como es de conocimiento público, ha abandonado el cargo para el que fue democráticamente elegido". "Este es un Congreso de cobardes y castrados que se ha negado a castigar a los golpistas", bramaba el cacique de Guayaquil Febres Cordero, ex presidente de Ecuador, y diputado de oposición. La investidura de Noboa se efectuó, a la carrera, en la sede de la Jefatura de las Fuerzas Armadas. El acto se produjo después de que Carlos Mendoza renunciara a su condición de miembro del triunvirato insurrecto, que completaban Vargas y el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Solórzano. Noboa, denunciado por los indígenas como el Judas del cuartelazo que rompió el orden constitucional, pidió pasar a la reserva.
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