El SPD trata de explotar en Hesse y Berlín el efecto del "escándalo Kohl"
Los partidos que apoyan al Gobierno federal alemán pondrán en jaque esta semana a la Unión Cristiana Democrática (CDU), tanto en el land de Hesse como en el Bundestag (Parlamento) de Berlín. En Hesse, el SPD deberá decidir hoy si presenta una moción de censura contra el líder local, el democristiano Roland Koch, basándose en la sospecha de que éste utilizó dinero clandestino, transferido desde Suiza, para financiar su victoria electoral en febrero de 1999.
En Berlín, Los Verdes estudiarán si van a exigir a Manfred Kanther, el ex ministro del Interior, que abandone su escaño de diputado en el Bundestag. Kanther, un duro defensor de la ley y el orden, ha asumido la responsabilidad por las cuentas clandestinas de la organización de Hesse. El ex canciller Helmut Kohl, que la semana pasada aceptó un doctorado honoris causa, ha renunciado al premio Adolph Bentinck por sus méritos europeos, que debería haberle entregado hoy en Berlín el ex presidente de la Comisión Europea, el francés Jacques Delors.Kohl comparecerá ante la comisión parlamentaria que inicia sus reuniones el día 20 para investigar si el Gobierno formado por la CDU, la CSU (la Unión Social Cristiana de Baviera) y los liberales del FDP se dejó sobornar. La comisión revisa la venta de 36 carros de combate a Arabia Saudí en 1991; la privatización de la refinería de Leuna en Alemania del Este; la venta de aviones Airbus a Canadá y Tailandia a fines de los ochenta y principios de los noventa, y el suministro de helicópteros a Canadá en la segunda mitad de los ochenta.
El presidente de la CDU, Wolfgang Schäuble, soportó abucheos y pitidos del público el sábado en Kiel, al iniciar la campaña para las elecciones del 27 de febrero en Schleswig-Holstein. El principal candidato democristiano, Volker Rühe, se muestra nervioso, y los dirigentes locales, desmoralizados. Los escándalos, no obstante, desbancan otros procesos tal vez significativos. Encuestas difundidas ayer por el canal de televisión NTV indican que el SPD se beneficia más de las dificultades de su gran rival que de su propia política.
Según un sondeo realizado por Emnid, si las elecciones federales se celebraran esta semana, el SPD ganaría por el 39% y la CDU-CSU obtendría un 37% (según el diario Bild, la diferencia es de 39% frente a 38%). La encuesta de Emnid constataba que el 63% de los entrevistados consideraban "mala" la política de jubilación del Gobierno.
Los adversarios de esta política son más que los partidarios también entre los militantes del SPD (48% frente a un 45%). Además, un 73% no ve progreso en el pacto por el empleo (frente a un 20% que se manifestaba positivamente). Un 77% cree que el Estado derrocha (frente a un 70% en 1997) y un 84% opina que no vale la pena ser honrado con el fisco.
Dificultades en el SPD
El SPD hace equilibrios entre la cosecha política gratuita que le aporta la CDU y la necesidad de evitar que el sistema se vea dañado por la crisis sin precedentes de uno de los puntales de la democracia alemana. La negligencia ante la ley no es exclusiva de la CDU. Uno de los puntos débiles del SPD es Johannes Rau, el presidente federal, que fue jefe de Gobierno de Renania del Norte-Westfalia. Entre 1989 y fines de los noventa, Rau voló por lo menos 40 veces en charters privados pagados por el banco Westdeutsche Landesbank.
Otros miembros del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia hicieron 63 vuelos más, que en total costaron 1,8 millones de marcos (unos 150 millones de pesetas). Puede que el caso Rau no sea equiparable con el que conmueve a la CDU, pero el puesto de presidente federal del Estado tiene en Alemania una dimensión moral y las sombras que empañan la figura de Rau privan a los alemanes de un punto de referencia.
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