Intercitrus ve lejos un pacto del sector para regular las campañas

Los diferentes intereses de cada una de las ramas que integran el sector citrícola dificultan un acuerdo para regular las campañas y evitar los malos resultados de la actual, con precios por debajo de los alcanzados el año pasado. Esta es la impresión que se extrajo ayer de la reunión de la interprofesional citrícola Intercitrus, aunque el sector acordó mantener reuniones para intentar ordenar tanto la producción como la comercialización y evitar así los problemas que este año han contribuido a hundir los precios.El presidente de Intercitrus, Celestino Recatalá, explicó que todas las partes coincidieron ayer en la necesidad de tener una "visión de conjunto" antes del inicio de la campaña,para lo que reclamó más infraestructura en la interprofesional para poder disponer de mayor información. "Hay que realizar un censo citrícola de toda España, similar al que tienen en el sector del vino, así como disponer de datos de producción y comercialización". Con estos datos, según Recatalá, se podría programar la campaña que evitase la situación actual.

Sin embargo, la posibilidad de llegar a acuerdos es complicada. De hecho, no hay consenso ni tan solo en la necesidad de ordenar la producción -es decir en intentar que las variedades que se planten sean adecuadas- ni tampoco la comercialización -establecer fechas límite para cada variedad, evitando así saturar el mercado-, a lo que se opone el Comité de Getsión de Cítricos.

El secretario general de la Unió de Llauradors, Lucio Monteagudo, reclamó la necesidad de ordenar las campañas antes de que empiecen y no cuando el mal ya no tiene remedio Monteagudo lamentólos errores cometidos a lo largo de este año: "Un aforo oficial erróneo, exceso de producción con nuevas plantaciones que han sido subvencionadas a pesar de ser de variedades poco adaptables o en zonas de montaña y la precipitación en la comercialización de algunas variedades". Por su parte el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores, Cristobal Aguado, insistió en la necesidad de programar la evolución de la campaña: "Hay que tener claro antes de empezar cuánta naranja se recoge, cuanta va a la industria y cuanta se deja en el árbol".