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Los restos del obispo Irurita están en la catedral, según una prueba de ADN

Francesc Valls

El arzobispado de Barcelona asegura en un comunicado que la identidad de los restos que se hallan enterrados en la catedral corresponden a los del obispo Manuel Irurita, según una prueba de ADN practicada. Con ello se quiere allanar el camino a los altares -en calidad de mártir de la Cruzada- de este obispo carlista, prelado en Barcelona entre 1930 y 1936, que fue probablemente fusilado por revolucionarios en Montcada i Reixac en los meses inmediatamente posteriores al levantamiento militar del 18 de julio de 1936

A los pies del Cristo de Lepanto de la catedral está enterrado Manuel Irurita, según el arzobispado de Barcelona. El cuerpo presuntamente hallado en una fosa común junto a centenares de cadáveres fue trasladado en los años cuarenta a la catedral. No obstante, sobre el proceso hay sombras de duda. Diversos testimonios aseguraron haberlo visto con vida dos días después de la entrada de las tropas franquistas en Barcelona -el 28 de enero de 1939-, pero la prueba de ADN -aseguraba ayer el arzobispado en un comunicado- demuestra que los restos "correponden con una elevada probabilidad, superior al 99.9%, al emintísimo y reverendísmo Manuel Irurita Almandoz". La prueba ha sido realizada por el Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Santiago de Compostela, que ha comparado los restos del obispo con los sus hermanas Regina y Raimunda, enterradas en valencia.

Entre los testimonios que han asegurado haber visto al prelado figura Josep Aragonés, que fue vicario episcopal durante el pontificado del cardenal Narcís Jubany. Aragonés aseguró ayer a TV-3 haberlo visto con vida. Josep Raventós, otro testigo ya fallecido que lo vio el mismo día que Aragonés, dejo una carta manuscrita en la que daba detalles de este encuentro. Estos testimonios han sembrado dudas durante un año, frenando el proceso de beatificación. Contra este camino a los altares se habían manifestado sectores progresistas de la iglesia catalana, partidarios de dar carpetazo a las beatificaciones de los llamados mártires de la Cruzada, que tanto eco han hallado durante el pontificado de Juan Pablo II.

Ahora la prueba de ADN simplifica las cosas para el proceso de beatificación de un hombre siempre enfrentado a la visión del cardenal Vidal i Barraquer, que se enfrentó abiertamente a la legalidad republicana, y cuyo secretario de cámara -Ramón Baucells- había actuado de enlace entre los jefes militares comprometidos en la sublevación del 18 de julio de 1936. El propio Maurici Seharrima, militante de Unió Democrática, atribuyó a Iurita.

En todo caso, aunque la prueba de ADN no hubiera sido tan definitiva como el arzobispado asegura, el proceso de beatificación hubiera seguido adelante, puesto que este tipo de procesos no tienen por qué someterse a las disciplinas científicas.

No obstante, este abrumador porcentaje -el 99,9%- ha sembrado dudas en medios eclesiásticos progresistas consultados por este diario. Una prueba de ADN de estas características puede tener un margen de error de hasta el 40%.

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Una vez dada a la publicidad esta prueba, el proceso de beatificación podría producirse en los próximos meses.

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