La UE dispondrá en 2002 de una agencia autónoma encargada de controlar la seguridad alimentaria

En 2002 funcionará una Agencia de Seguridad Alimentaria europea si los Gobiernos de los Quince y el Parlamento Europeo dan el visto bueno a la idea acariciada por el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, al asumir el cargo el pasado septiembre. La reciente crisis de la dioxina y la de las vacas locas, que aún colea con el rifirrafe franco-británico sobre el levantamiento del embargo de la carne vacuna británica, han acelerado los planes para elaborar un Libro Blanco sobre la Seguridad Alimentaria, que este miércoles será discutido por el colegio de comisarios y posteriormente presentado de modo oficial por el responsable de Sanidad y Protección del Consumidor, el irlandés David Byrne.La nueva agencia, con carácter jurídico independiente y presupuesto propio, tendrá como principal objetivo contribuir a aumentar el nivel de protección del consumidor en lo que respecta a la seguridad alimentaria, así como a restablecer y mantener la confianza ciudadana, dañada tras los episodios de estos últimos años, que han reflejado síntomas de confusión y secretismo de las autoridades locales y poca celeridad del lado de la Comisión. Este organismo, integrado por expertos de prestigio, podrá entrar en funcionamiento en 2002 siempre y cuando los Quince y el Parlamento Europeo aprueben antes un paquete de medidas legislativas sobre seguridad alimentaria que la Comisión incluye en este Libro Blanco.

La Comisión tiene intención de elevar este plan al Consejo el próximo septiembre, para que obtenga la luz verde durante la presidencia francesa, el último semestre del presente año, y posteriormente sea debatido por el Parlamento Europeo en el curso de 2001.

La agencia, cuya sede todavía no ha sido fijada, colaborará estrechamente con los organismos científicos nacionales y con la Comisión, aun cuando tenga un presupuesto propio y un carácter jurídico independiente.

Transparencia

Deberá guiarse por los principios de "independencia y transparencia" en sus operaciones, "disponer de los mejores científicos y tener autoridad científica, ser independiente de intereses políticos e industriales, abierta a un control público riguroso y trabajar estrechamente con los organismos científicos nacionales", según recoge el documento comunitario. El futuro ente autónomo europeo facilitará información y asesoramiento a la Comisión en todo lo que tenga un impacto directo e indirecto en la salud del consumidor y la seguridad alimentaria. Por tanto, sus responsabilidades abarcarán desde la producción primaria de alimentos, procesamiento industrial, almacenamiento, distribución y venta. Además, tendrá competencia como organismo de alerta rápida en caso de riesgo de crisis.

El comisario Byrne presentará también a sus colegas el miércoles un paquete legislativo de 80 medidas de acción para mejorar los controles de seguridad alimentaria y la información del consumidor, así como para atribuir principal responsabilidad en la calidad de alimentos a la industria, a los productores y a los distribuidores e integrar más la política de alimentos de los Quince.