Ampliación y cumbres internacionales

Durante este semestre empezarán las negociaciones de adhesión con los seis países que constituían el segundo grupo de candidatos -Rumania, Bulgaria, Lituania, Letonia, Eslovaquia y Malta-, equiparados desde diciembre al primer grupo: Polonia, Hungría, República Checa, Estonia, Eslovenia y Chipre. Y en lo económico-monetario, Grecia optará a integrarse en el club del euro, mientras será difícil suscitar consenso sobre el paquete fiscal fracasado en Helsinki.Portugal pretende también dar mucho aire a la internacionalización de la UE, con el designio de que "la asunción de una visión universalista por parte de Europa contribuirá de forma importante a un mejor equilibrio del mundo", según la fórmula acuñada por António Guterres.

Esta intención se plasmará en una intensa actividad diplomática. Febrero será el mes de América Latina, pespunteado de reuniones de la UE con el Grupo de Río, Mercosur -se espera abrir formalmente las negociaciones para el tratado de libre comercio con esta agrupación-, el Grupo de San José y el Pacto Andino. Culminará en la cumbre de marzo sobre el empleo, que los Quince aprovecharán para firmar el Tratado ya redactado con México.

Habrá otra cumbre en junio con la India. Y se celebrarán reuniones ministeriales con China y Japón, quizá preludios de sendas cumbres en el segundo semestre, bajo presidencia francesa. Lisboa no abandona su vieja idea de celebrar también una cumbre con África. Aspira a elevar las relaciones con ese continente a un nivel cercano -al menos, institucionalmente- al ya trabado con América Latina y con el área Euro-Mediterránea.

Y el desbloqueo del proceso de paz de Oriente Próximo permite prever a la presidencia una reanudación del proceso de Barcelona que inició la construcción de un espacio común entre las cuencas norte y sur del mare nostrum.