Greenpeace confirma la presencia en la costa vasca de aves afectadas por la marea negra

Los efectos de la marea negra causada por el hundimiento del barco petrolero de bandera maltesa Erika, el pasado 12 de diciembre en la costa francesa de Bretaña, se están trasladando también al litoral vasco, adonde han llegado empujadas por la corriente marina varias decenas de "aves moribundas". Un equipo de la organización ecologista Greenpeace rastrea desde ayer toda la cornisa vasca con el fin de conocer el alcance exacto de la contaminación existente y, sobre todo, dar auxilio a las aves dañadas.Un portavoz de Greenpeace confirmó ayer que están apareciendo "pequeñas muestras de aves petroleadas", la mayoría pertenecientes a las familias de las gaviotas, alcatraces, tridáctilas, alcas y varios saraos, una especie muy vulnerable a la contaminación y en fase de regresión en Europa, informó Ricardo Aguilar, director de Campañas de la organización ecologista.

Los ejemplares hallados vivos están siendo atendidos en el momento con desinfectantes, sueros y sondas. Tras la primera cura son trasladados al Centro de Recuperación de animales de Górliz (Vizcaya), donde han ingresado con síntomas de hipotermia y con restos de combustible en su cuerpo y plumaje. En un centro similar de San Sebastián también se han tratado a aves agotadas y desnutridas, aunque más por las secuelas del temporal de viento.

Algunos pescadores de la flota de bajura del puerto vizcaíno de Ondarroa, que faenaban a unas cuatro millas al norte de esta localidad (unos siete kilómetros) encontraron posadas en sus barcos varias decenas de estas aves marinas impedidas para volar. Se calcula que la marea ha causado la muerte a unos 13.000 pájaros.

Greenpeace, que ayer examinó el tramo entre Bermeo y Plentzia, mantendrá hasta mañana este dispositivo especial para inspeccionar el litoral vasco y después continuará en Cantabria.

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